Por fin ha llegado el verano (estos últimos días de lluvia y frío han sido el colofón de la primavera), así que toca ponerse a punto para que nuestra piel sobreviva a esta estación de la mejor manera posible. Además, siguiendo estos pasos, conseguirás un bronceado uniforme, bonito y, sobre todo, seguro. ¡Toma nota!
1. Exfoliación
El primer paso es preparar la piel, para el resto de los tratamientos, con una exfoliación, con la que retiraremos las células muertas, limpiaremos los poros y eliminaremos las impurezas. Debemos exfoliarnos tanto el cuerpo como la cara, y para esta uno de los productos más recomendados es el exfoliante facial Blue Lagoon. Gracias a este sencillo gesto, la piel estará preparada para recibir y absorber cualquier crema o sérum que se le aplique a continuación.
Con la exfoliación, la piel se vuelve más aterciopelada, recupera su brillo y flexibilidad, tendrá una mejor elasticidad y será más resistente al sol, por lo que también se favorecerá el bronceado.
2. Hidratación
Justo después de la exfoliación, es un buen momento para proceder a un tratamiento hidratante. Puedes optar por productos que contengan aceite de almendras o aceite de argán, que tienen propiedades altamente hidratantes. Con este paso, además, conseguirás dar más firmeza a la piel, reduciendo la flacidez.
Si te da pereza el uso de cremas, puedes optar por aplicarte un aceite corporal en la ducha, con la piel todavía húmeda, mediante masajes circulares. El aceite de marula y el aceite de rosa mosqueta, por ejemplo, son ideales para la piel con estrías y cicatrices, porque ayudan a reducirlas. ¡Es una manera rápida y efectiva de matar dos pájaros de un tiro!
3. Protección solar
Debes aplicar el protector solar todos los días, sobre todo en las zonas más expuestas, como la cara, los brazos y las piernas, aunque no te vayas a exponer directamente al sol. La mejor protección es aquella que contiene filtros físicos naturales y un SPF 50+. Además, será conveniente no exponerse al sol en las horas centrales del día. Por mucho que te eches crema, en esos momentos el sol incide de manera más agresiva y puede provocar problemas en la piel. Recuerda, ¡la piel tiene memoria! Aunque ahora no notes los estragos que el sol está haciendo en tu piel, con los años saldrán a la luz.
Los betacarotenos son los mejores aliados para conseguir una piel bonita y un bronceado duradero, ya que son una fuente de antioxidantes, grandes aliados contra los radicales libres del sol. ¿Qué alimentos contienen betacarotenos? Los alimentos de color anaranjado como la zanahoria, la calabaza y el albaricoque, así como las verduras de hoja verde o el calabacín.
Además de la alimentación, es importante hidratarse desde el interior, bebiendo mucha agua. Beber agua cuando ya se tiene sed es un claro signo de deshidratación, por este motivo hay que beber agua de manera regular durante todo el día, aumentando la ingesta en las horas de más calor o cuando practicamos deporte.
5. La constancia
De nada sirve que hagas todo esto solo un día y luego te olvides. La exfoliación está recomendada una vez a la semana, y los demás pasos deben de hacerse a diario o varias veces en el día. Si logras establecer una rutina, notarás como tu piel mejora, ¡y mucho! La clave de una piel bonita, luminosa e hidratada es el trabajo de fondo. Quizás en el corto plazo no notes muchas diferencias, pero la constancia se notará a largo plazo. Prepara la piel, mantenla siempre hidratada, protégela del sol, y no solo en verano, sino durante todo el año. Lleva una dieta equilibrada y saludable y bebe mucha agua: está comprobado que notarás la diferencia en poco tiempo.
¿Tienes tu piel preparada para el verano? ¿Sueles realizar estos pasos en tu día a día?