La última sesión de la MCIB dedicada al cine contemporáneo mostró las propuestas más arriesgadas, el documental social Los océanos son el verdadero continente de Tommaso Santambrogio y la película de animación para adultos Invelle de Simone Massi
La cámara de Lorenzo Casadio colaborador de Satambrogio en otros cortos y trabajos previos se recrea en cada detalle la luz entre las hojas, los diminutos insectos, el adorno polvoriento encima de la mesa. Y sobre toda la cinta respira en los silencios la nostalgia previa a la separación aún cuando está no haya llegado todavía.
Simone Massi es uno de los autores más importantes de cortometrajes animados en stop-motion, y prueba de ello son sus más de 200 premios en festivales internacionales. En Invelle, una palabra del dialecto de las marcas que se podría traducir por en ningún lugar narra la historia de tres niños en distintas épocas, marcadas por una infancia sin sus padres que no volvieron de la guerra y testigos de la violencia.
Para realizar un minuto de película se necesitan más de 500 dibujos en los que extiende una capa de pasteles al óleo sobre papel para luego rayarlo con puntas secas y otras herramientas de grabado. A veces utiliza el rojo u otros colores como el pañuelo de una de las niñas protagonistas, lo que nos recuerda al abrigo de la lista de Schindler. La película es extremadamente lenta y el espectador se puede perder en este caledoscopio de historias atrapado por unos dibujos impecables.