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¡Hola amig@s!
En este primer post de noviembre quiero hablaros del hambre. Y es que el hambre es un misterio. Hay días en los que te comes lo que hay en el plato y listo, y otros días pareces un saco sin fondo. Parece confuso, y lo es. Pero es porque tienes que lidiar con el hambre (una necesidad física de comer) y tu apetito (el deseo de comer).
A menudo se confunde el hambre con las ganas de comer, y eso marca la diferencia entre perder o ganar peso. Vamos a ver cómo puedes identificar el tipo de hambre que tienes para que veas si es o no es buen momento para comer.
A menudo se confunde el hambre con las ganas de comerClick To TweetPowered By CoScheduleHambre verdadera
El haber verdadera es el tipo más importante de hambre. Nos dice realmente cuándo debemos comer. El hambre verdadera nos manda señales físicas como temblores por bajadas de azúcar, dolores de cabeza, baja energía, etc. Parece sencillo pero hay veces que dejamos demasiado tiempo actuar a esas señales y acabamos comiéndonos todo lo que esté a nuestro alcance. Así que prepárate: mantén los picoteos en tu bolso o en tu mesa para cuando el hambre verdadera apriete.
Hambre de tele
La mejor compañía para ver tu serie favorita es una suculenta bolsa de patatas fritas o algo
Hambre de aburrimiento
Ainss….. cuantas veces habremos ido del sofá a la nevera y de la nevera al sofá el típico
domingo lluvioso que no ponen nada en la tele y no hay ningún plan que merezca la pena… Pues bien, el aburrimiento también hace que comamos más. Una cosa que debemos trabajar es en tolerar mejor el aburrimiento en lugar de tener esa necesidad imperiosa de ocupar el tiempo haciendo algo. Guía a ese aburrimiento hacia un momento de relax (lee una revista, peina a tu mascota, etc).
Hambre de estrés
Nos fijamos menos en lo que comemos cuando estamos estresados. De modo que es más probable que elijamos una chocolatina antes que elegir un yogur para picar. Un truco que puede ayudar es detenerse y concentrarse en los beneficios que tiene tu elección para el picoteo para tu salud. Eso puede hacer a tu cerebro relajarse y evitar la necesidad urgente de coger lo primero que veas.
Y como dato curioso, un estudio en 2013 descubrió que las personas estresadas comen más en los momentos tensos pero comen menos calorías en los momentos en lo que todo va bien.
Hambre con la vista
Esto es básicamente un: ya que está ahí pues me lo como. Entras en la sala de descanso y ves una bandeja con galletas que han sobrado de la hora de la comida. ¿Y qué haces? Te lanzas a por una como si no hubiera un mañana. El truco es pararse antes de nada (si puedes) y tomar una decisión: cogerla o dejarla. Si la coges, disfrútala (no te la comas por el hecho de estar ahí). Y ni mucho menos te sientas culpable. Sentirnos culpables suele hacernos comer las cosas mucho más rápido.
Hola, me llamo Álvaro. Soy licenciado en Ciencias de la Actividad física y del deporte por la Universidad Europea de Madrid, y especialista internacional en nutrición deportiva. También soy el culpable de que exista este blog. Actualmente trabajo como entrenador personal a domicilio así como en varios gimnasios de la zona de Madrid. Trabajo con todo tipo de perfiles. Mis 10 años de experiencia me permiten trabajar en rehabilitación de lesiones, pérdida de peso, aumento de masa muscular, o entrenamiento específico de cualquier deporte. Soy entrenador del método hipopresivo y de pilates. Teléfono: 666 576 366 Web: www.fitness-asesores.com Mail: alvaro.pedroche@fitness-asesores.com Álvaro en Google
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