En este post te traemos unos sencillos consejos para prevenir y aliviar los problemas causados por el roce de los zapatos.
Elegir la talla correcta
Aunque pueda parecer una obviedad, elegir bien la talla del zapato es fundamental para evitar que con el uso nos produzca rozaduras. Cada vez que compres unos zapatos no te guíes exclusivamente por la talla. Debes probar ambos pies, ya que puede que un zapato quede más apretado que el otro. Asegúrate de que los dos te encajan bien, sin quedar holgados y sin apretar.
El mejor momento para comprar el calzado
Si compras los zapatos de verano cuando aún hace frío, recuerda que tus pies se dilatarán cuando llegue el calor. Si te quedan muy ajustados es posible que en verano te aprieten.
Por otra parte, si los compras un día de calor, lo mejor es hacerlo a una hora en que tengas los pies descansados y no estén hinchados. En caso contrario puede que compres un número más del necesario.
Proteger y cuidar los pies
Mantener los pies hidratados y secos es fundamental para el confort al caminar. Elimina las durezas y zonas ásperas de tus pies y aplica crema hidratante. Ésta creará una película que mantendrá la piel protegida.
El exceso de sudoración ablanda la piel y la hace más delicada. Si es tu caso, aplica un producto para controlar el sudor y mantener tus pies secos.
Otro recurso muy útil son las medias de verano: tienen efecto refrescante, absorben el sudor, protegen la piel, son prácticamente invisibles y hay tonos que realzan el bronceado.
Plantillas para los zapatos
Tan incómodos como unos zapatos que aprietan son unos demasiado sueltos. Un calzado flojo puede producir rozaduras ya que el pie “baila” dentro.
La mejor forma de prevenir los roces en este caso es utilizar plantillas para los pies. Pueden ser medias plantillas (las de gel y silicona son ultra cómodas) o completas. También puedes encontrar medias plantillas para el talón, que lo elevan y evitar el roce.
Otros trucos
Acudir al zapatero de toda la vida para que ensanche los zapatos es una buena solución cuando son muy estrechos.
También es muy recomendable caminar por casa con los zapatos nuevos para que se vayan adaptando al pie antes de estrenarlos.
Si te aprietan un poco, existe un espray especial para ablandar y adaptar los zapatos, aunque hay trucos caseros como aplicar crema hidratante y meter papel de periódico para darles forma o humedecerlos con agua o alcohol y ponerlos durante un rato.