Volvemos a esta bonita población alentejana para asisitir a la celebración de los 500 años de Foral Manuelino. Barbacena tiene un pasado glorioso, desde el s. XIII cuando la villa de Barbacena se afirmó como una villa aristocrática. Tuvo su primer foral el 17 de abril de 1273 y el segundo el 15 de diciembre de 1519 atribuido por el rey D. Manuel I. Reconocida desde el tiempo de D. Afonso Henriques, por los esfuerzos de la localidad en la construcción del país, en particular en la participación activa de las guerras para conquistar el territorio, Barbacena, fue sede del municipio de un territorio a su alrededor. Este reconocimiento fue hecho a través de la Carta de Foral, un documento atribuido por el rey, que pretendía establecer un consejo y regular su administración a través de deberes y privilegios. Barbacena quedó así, fuera del alcance de los señores feudales.
Aprovechando la estancia en la localidad visitamos también el Anta da Coutada. Dolmen que fue construido en el período neo-calcolítico y clasificado como Monumento Nacional desde el 16 de mayo de 1939. mantiene la cubierta de la cámara en su posición original, aunque faltan algunos pilares. Los cuatro pilares que aún se mantienen en pie son parte de la cámara poligonal, dos de los cuales sirven para sostener el remate en la parte superior. En el corredor se pueden observar cautro pilares. Todavía mantiene una losa de cobertura "in situ" y otra desplazada, caída hacia un lado. El montículo o túmulo está parcialmente conservado.
Para completar el día en el Alentejo aprovechamos para conocer la localidad de Cabeço de Vide. Una bonita freguesia que nos ha sorprendido, pertenece al concelho de Fronteira donde destacan las ruinas del Castillo que se remonta a un castro establecido en el siglo II, en la época romana para controlar el desvío del itinerario romano que conectaba Lisboa a Mérida, sobre todo para acceder a las aguas medicinales sulfurosas, cuyas termas, denominadas como “La Sulfúrea”, ubicadas junto a un pequeño río represado, se remontan al reinado de César Augusto. La villa fue invadida en 1190 para incorporarla a la corona de Portugal de forma definitiva. Fue entonces cuando, con el objetivo de asegurar la ciudad y la defensa de la zona, se reutilizó el castro existente para elevar un castillo con cerca amurallada para guarecer a la población. En 1211 la posesión de la villa es transferida a la Orden de Avis por el Rey Afonso II con la misión de defender el Alto Alentejo, del que Cabeço de Vide forma parte.
Es una fortificación de pequeñas dimensiones, de planta circular, que resulta de la utilización medieval de un antiguo castro romanizado. Presenta una puerta de entrada al sur, sobrepuesta a dos ménsulas y escudo con la cruz de Avis. Dentro del recinto principal no se consiguen identificar los vestigios de las construcciones que aquí existieron. De la barbacana que envolvía el castillo nos quedan muy pocos elementos.
Al abandonar el pueblo nos paramos para conocer las Termas "La Sulfúrea" que existen desde el tiempo de los romanos son un oasis de calma y tranquilidad en medio de la planicie alentejana. Las aguas usadas desde hace casi cuatro mil años están indicadas en enfermedades osteoarticulares (reumatismo), respiratorias (asma, bronquitis, sinusitis, rinitis) y de la piel. El agua es sulfúrea, hipossalina e hiperalcalina, sódica y cálcica, con un ph de 11,55 y bacteriologicamente puras. Sin duda un lugar que habrá que volver a visitar.
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