Más allá de que México solicite un perdón y esté en lo correcto o no, o de que España acceda o no, lo cierto es que sin duda ha levantado un gran revuelo de comentarios y posturas la solicitud del presidente mexicano.
Mientras que en México los derechistas acusan de ridículo a su presidente, sus seguidores lo habían ido tomando a la ligera y hasta cierto punto en broma, en España ha saltado un nacionalismo inesperado y al parecer, muchos hasta se han sentido ofendidos y agraviados. Ha resultado muy interesante ver como en un país que se dice de primer mundo junto a otro que llaman de tercer mundo, las reacciones desconciertan. Para ser un país mas desarrollado toda esta reacción por parte de los políticos españoles tanto de derecha como socialistas, y más aún de la gente común, con toda clase de comentarios racistas hacia no sólo el presidente sino el pueblo de México resulta, por decir lo menos, sorprendente.
Aún cuando algunas posturas dicen respetar y apreciar al pueblo de México, no deja de sentirse un aire de superioridad, como si los españoles hubiesen llevado a aquel país toda cultura y conocimiento y de manera benigna, generosa y sin interés ni beneficio alguno, hubieran tendido su mano como quien atiende a un pobre mendigo dando mendrugos de pan en un rincón de su casa.
500 años pasarían sin pena ni gloria para el español de hoy de no ser por una carta (irónico en tiempos del internet je¡).
Sin embargo México conmemorará (que no festejará) un momento crucial de su historia, el momento que cambió no sólo su rostro, también su nombre, su idioma y su espíritu. Hoy, a pesar de todo, caben en ése México los vestigios, las ruinas de un imperio avasallado, los resabios de un reino lejano como una utopía, los atisbos del continente negro que compartió su esclavitud y con ello todas las veces que se ha partido y reconstruido una nación que todavía se busca en todos aquellos escombros, que a veces se mira en el espejo y se reconoce y se abraza como en 1985 o2017, pero que otras veces se divide y se enfrenta; pero ¿no sucede lo mismo en todas las familias?
¿Pero y España? ¿a esta nación no le ha dejado nada? ¿Sería un buen momento de reflexión? ¿de poner en perspectiva la propia historia del pueblo español? ¿De verdad España es más desarrollado, más intelectual o más civilizado?
España ha conservado por siglos y siglos una rancia aristocracia, ¿es mejor porque aún tiene un rey?.
Ni hablar, sin duda es un tema polémico a todas luces, y tampoco importa quién tiene la razón, acaso ambos, acaso ninguno. Sin embargo opino que sería un buen pretexto para que tanto unos como otros nos reconciliasemos no sólo entre nosotros, sino con nuestro propio pasado, con una idea de nación que fortalezca y aclare el rumbo que cada uno ha de tomar. México ha dado sus propios pasos y recién tuvo elecciones, España está a poco de ello; a pensarle.