Hay veces en la vida que es necesario volver a casa para reflexionar sobre nuestra deriva vital, las inquietudes que nos acorralan y la importancia de no olvidar de dónde venimos y en qué situaciones hemos madurado como personas. El personaje que interpreta Natalia de Molina en “522. Un gato, un chino y mi padre” es inseguro, miedoso y, en ocasiones, antisocial. A lo largo de nuestra vida hemos experimentado estas sensaciones, aunque sea en un tiempo muy limitado y es lo que precisamente trata de evitar en la película su director, Paco R. Baños.
El director sevillano nos muestra a George, una chica joven con graves problemas provocados por una agorafobia infernal y un tanto extraña: solo es capaz de dar 522 pasos con respecto a su hogar antes de que le arrecie un ataque de ansiedad potente. La protagonista vive aislada en su casa en compañía de un gato, que vigila cada uno de los pasos que da y las actividades que realiza cada día, todos ellos muy limitados por su trastorno de ansiedad. Con la muerte del minino, George decide realizar un viaje hasta su país natal, Portugal, para dar sepultura a su fiel compañero. Para ello cuenta con la ayuda de su amigo chino interpretado por Alberto Jo Lee, que pone su furgoneta a disposición de George para que traslade su hogar a la furgoneta e iniciar el viaje hasta el Algarve. La película se presentó en el Festival de Málaga, en el que optaba al galardón de mejor película y que finalmente no consiguió.
La primera mitad de la película nos presenta a una chica joven encerrada en su mundo, delimitado por esos 522 pasos. El personaje interpretado por Natalia de Molina no quiere saber nada de lo que ocurre fuera de esa área limítrofe y se centra en sobrevivir con un contacto muy residual con el mundo exterior. La sensación de angustia que quiere dar el director está bien conseguido, pues la claustrofóbica vida de George es palpable. Su máximo confidente es su amigo chino, un personaje muy difuso y con poco peso durante todo el film, y es que ese es uno de los grandes problemas de la película. Los personajes no adquieren relevancia, exceptuando el papel de Natalia de Molina, que incluso, a veces, roza la exageración de la angustia.
Con la muerte de su gato comienza lo que debería ser la parte más convincente y divertida de la película, el comienzo de la road movie con destino el Algarve. En realidad lo que ocurre es que da inicio al cúmulo de desorganizaciones estructurales que sufre la película. Se convierte en un viaje muy caótico argumentalmente, al que es difícil seguir el hilo. Aparecen personajes que da la sensación de ser irrelevante. El gran punto débil del film es su caos. Pero en esta parte no todo es fragilidad. Natalia de Molina sigue mejorando su actuación y la ambientación incrementa en calidad, dejándonos delicias visuales con los paisajes portugueses y la calidez de los fados, capaces de encogerte el corazón. “522. Un gato, un chino y mi padre” es una película que quiere transmitir un mensaje importante para una sociedad actual que vive encerrada en su propia burbuja, pero no termina de convencer. Deja destellos de una película que puede ser entretenida al espectador, en especial por su corto metraje, pero que puede llegar a agotarle por su escasa capacidad de coherencia argumental.
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- ##check## Lo bueno
- La interpretación de Natalia de Molina.
Los paisajes y la música de Portugal. - ##times## Lo malo
- La mayoría de los personajes no transmiten fuerza.
La película es algo caótica.
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- Ambientación 7.0
- Los acantilados, las playas y los pueblos portugueses aportan belleza a la película.
- Desarrollo de Personajes 5.5
- Consigue un aprobado por la actuación de Natalia de Molina, pero el desarrollo de personajes no es demasiado bueno.
- Argumento / Guión 5.0
- El guion es desequilibrado y le falta mucha coherencia.
- Banda Sonora 6.0
- Acompaña bien a la narración y se ajusta bien al momento de la escena.
- Entretenimiento 5.0
- Puede resultar entretenida por la hora y media de metraje, pero también puede resultar cansina por la dificultad de seguir su argumento.
- Montaje / Innovación técnica 4.0
- Al montaje le sucede lo mismo que al guion, resulta difícil relacionar bien cada escena con el argumento total de la película. El primer plano constante en María de Molina puede ser eficaz en un primer momento para reflejar su angustia pero es tan frecuente que puede fatigar.
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- Puntuación Total 5 / 10
Trailer:
Fuente Imágenes: Super8 Distribución
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