Qué gran guionista sigue siendo William Shakespeare. Y qué grandes adaptadores son los hermanos Paolo y Vittorio Taviani. César Debe Morir (Cesare debe morire, Italia, 2012), el más reciente largometraje de los cineastas toscanos, es una sencilla obra mayor en la que la palabra del poeta y dramaturgo isabelino, el amor por la representación teatral y la serena imaginación cinematográfica de los Taviani se funden en un filme profundamente humano que nos propone que la redención a través del arte no sólo es posible sino, incluso, necesaria, apremiante...
La crítica completa, en la sección cultural de hoy en Reforma.