En más de una ocasión, el cineasta
sudcoreano Hong Sang-soo –o Sang-soo Hong, si se quiere escribir su nombre al
modo occidental- ha sido comparado, negativamente, con Woody Allen. Las quejas
hacia Hong son las mismas que se dirigen al cineasta neoyorkino por
antonomasia: que siempre hace la misma película, que usa más o menos el mismo
tipo de personajes, que no se preocupa por otra cosa que los banales problemas
amorosos de sus criaturas, que ya se le acabó el gas porque no hace más que
repetirse…En
lo personal, todas estas jeremiadas me importan lo que se le unta al queso: sí,
es cierto, Hong se repite y hace más o menos el mismo tipo de película siempre.
¿Y qué?: eso hacen los grandes autores fílmicos. Y Hong es uno de ellos. Como
Woody Allen, por cierto.En Otro País (Da-reun na-ra-e-suh, Corea del Sur, 2012), el
décimo-tercer largometraje de Hong, se ubica en la playa sudcoreana de Mohang...La crítica completa, en la sección cultural de Reforma del día de hoy.