El pasado 10 de agosto, el cómic Amazing Fantasy #15 cumplió 55 años de haberse lanzado al público. ¿Por qué un número de cómic merece ser recordado? Este número resalta (último de la serie), porque apareció por primera vez uno de los íconos de la cultura pop de la segunda mitad del siglo XX: Spider-Man.
Para muchos, Spider-Man no es más que otro superhéroe, mera ficción y un producto comercial. Para otros, es un ícono de culto, altamente popular y con millones de dólares en ganancias por su imagen y productos. Pero, ¿por qué es un personaje tan querido por el mundo?
La respuesta la podemos encontrar en el "Ciclo del héroe" propuesto por Joseph Campbell. Spider-Man (al menos en los primeros años de su serie The Amazing Spider-Man, de 1963 a 1980, aproximadamente) experimentó los doce puntos planteados por el investigador. Pero abordemos los pasos que aparecieron en el número 15 de Amazing Fantasy.
El primer punto en el ciclo del héroe es el mundo ordinario es decir, hay un contexto en el cual nuestro personaje se desarrolla. En dicho comic, se nos presenta a Peter Parker como un adolescente estudioso, que vive con sus tíos (bastante mayores, por cierto) que sufre de bullying en la escuela y vive enfocado en hacer cosas grandes como científico.
El segundo punto es el llamado a la aventura, algo que desequilibra el status quo. En el caso de Peter, su mundo da el giro de 180° cuando es mordido por una araña radiactiva durante una demostración científica, después de eso, nada volvería a ser igual para el joven Parker.
El siguiente paso es el rechazo al llamado, ya sea por miedo, pereza, egolatría, o por algún otro antivalor de su preferencia. Aquí, Peter, una vez que descubrió el potencial de sus poderes, decidió dedicarse a hacer dinero. Primero incursionó en la lucha libre y después como atracción televisiva, adquiriendo fama y un poco de fortuna. El núcleo de este punto es cuando no detiene a un ladrón aún con la posibilidad de hacerlo, para así sólo recibir un discurso moralista del policía que perseguía al criminal.
El cuarto punto de Campbell se refiere al mentor, aquel ser que nos guía en nuestro camino, quien a través de su sabiduría nos lleva por buen camino. En el caso de Spider-Man, el tío Ben es quien funge como esta figura sin embargo, no de la manera tradicional. Es su asesinato, a manos del ladrón que Parker dejó ir, lo que hace a Peter seguir el camino de la justicia, ir por el asesino de su tío y en vez de matarlo, de cobrar sangre por sangre, lo entrega a la justicia.
Y aunque la última viñeta de la historia de Peter es muy pequeña, está llena de emotividad y engloba a la perfección el quinto punto del camino del héroe: el cruce del umbral. Es aquí donde el héroe se compromete con la aventura, a continuar este camino, dónde no hay marcha atrás, y así acaba la historia de Spider-Man en Amazing Fantasy #15, quisiera resumirlo, pero les dejaré la cita textual: "una silueta esbelta y silenciosa desaparece entre la arropadora oscuridad, consciente, al fin, de que en este mundo un gran poder conlleva... ¡Una gran responsabilidad!"
Desde mi perspectiva, Spider-Man tiene un punto extra en su popularidad, más allá de seguir el método del héroe (el cual es efectivo desde la antigüedad): Peter Parker es uno de nosotros. A diferencia de los semidioses y los héroes mitológicos, Peter Parker era un humano cualquiera, inteligente pero un inadaptado social, en unos siglos donde parece ser más importante ser sociable que ser listo. Peter Parker es el héroe de los indefensos, del transeúnte del día a día. Es el arquetipo de nosotros los nerds.
Nezeño recalcitrante, historiador por el Instituto Mora. Fan a ultranza de Spider-Many Marvel. En un tórrido romance con la CDMX.