Koch, nacido en Múnich en 1982, comenzó hace siete años a estudiar Dirección en la Facultad de Cine y Televisión de su ciudad, momento en el que también comenzó a trabajar como crítico de cine.
En el año 2005 fundó la productora Philip Koch Filmproduktion, gracias a la cual ha podido sacar adelante cortometrajes como Paphos & Galatea, Die Suche o Lumen, entre otros, así como varios documentales.
Ahora, con Picco, se ha enfrentado a su primer largometraje de ficción, y el director ha explicado que se trata de su proyecto final de la escuela cinematográfica, algo que no podría haber logrado sacar adelanto como proyecto libre en el panorama cinematográfico actual.
Picco está basado en sucesos reales acontecidos en centros penitenciarios juveniles de Alemania que conmocionaron a todo el país. Para lograr toda la documentación necesaria, Koch pasó más de un año investigando en diferentes cárceles del país, así como realizando entrevistas a psicólogos, presos y funcionarios de prisión. Gracias a todo ello, Koch declaró: "Ésto no es ficción, cada cosa que sucede está basada en un hecho real. En la cárcel te conviertes en víctima o verdugo, si no quieres ser víctima debes luchar por la supervivencia. Yo sólo he intentado mostrar el pico de la montaña".
Koch ha recogido toda esa información para rodar una película en la que muestra la violencia "necesaria para hacer ver a la sociedad lo que está ocurriendo en los reformatorios, pues en Alemania cada tres días se produce un suicidio". Pero, aunque la película la ha rodado como algo personal, como una muestra de lo que allí sucede, no tiene ninguna relación con él, declarando: "La película se basa en dos eventos reales que sucedieron hace cuatro años en reformatorios de mi país. El tema de los suicidios afectó a toda la sociedad y cuando tuve que hacer el proyecto final de la Escuela de Cine me planteé recoger información sobre este tema para hacer pensar".
Dentro de la crítica al sistema penitenciario actual que Koch realiza, el director ha añadido, durante la rueda de prensa, que: "se necesita algo mejor que las cárceles. Es un problema social que se debe atajar antes que en los reformatorios", pero, de todas formas, la crítica queda ahí, él no da soluciones, pues admite: "yo no tengo la solución al problema, simplemente buscaba llamar la atención sobre él, pero no es mi deber arreglarlo, no soy político o psicólogo y no pretendo mostrar una forma de hacer las cosas".
Quizás se le echa en cara el exceso de violencia, aunque declara que "las agresiones existen en todos los ámbitos, pero mientras que en el exterior uno se da cuenta de hasta dónde puede llegar, en un reformatorio no hay una entidad moral que te pare los pies y que te haga cambiar de actitud, es la consecuente continuación de algo que se da en la sociedad".
Foto: SEMINCIMuchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.