La máxima de lo bueno si breve dos veces buenos se cumple en el cortometraje de apenas dos minutos del realizador Jason Stutter que nos muestra la peripecia de dos chavales jugando a Guillermo Tell con una ballesta. Tensión y risas a partes iguales aseguradas.
El espectador se ve golpeado por la sonoridad de las saetas de la ballesta al golpear con un árbol y de pronto golpeado por la revelación de que está disparando a una manzana sobre la cabeza de su hermanita, y no parece que vaya a acabar por dar a la fruta.
Uno tras otro los disparos van acabando en el árbol a la altura de la cara, pero a un lado, o por encima. Los movmientos de cámara nos despistan, y nos empujan a pensar por un segundo que la tragedia está servida. Mientras, la cara de los chavales, sobre todo de la niña, y la mala suerte del tirado provocan nuestra hilaridad.
Al final, termina pasando lo que uno se esperaba, un disgusto, porque la flecha acaba donde no tiene que acabar y el niño se deshace de la ballesta como puede para evitar llevarles las culpas de lo que ha pasado. Pero si no lo han visto, hagan por verle si tienen la ocasión, y descubran donde acaba la saeta.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.