El cortometraje ya pudo verse en la presentación que se llevó a cabo en la pasada edición del Festival de Cannes, donde 800 personas deleitaron sus paladares audiovisuales con este corto premiado en el Festival Internacional de Anonimul 2011.
La joven japonesa, asentada en Francia, ha explicado que interpretar significa sentirse libre, volar de la realidad de un personaje a otro. En este cortometraje nos presentan a Benjamin, un viticultor que ve cómo su mujer muere en sus brazos tras una larga enfermedad. Sólo hay una salida para que él escape de esta situación: su propia muerte. Pero una joven japonesa que ha llegado especialmente para degustar sus vinos, le ayudará con suma delicadeza a ejercer su duelo a través de una serie de símbolos e intercambios entre ambas culturas.
Takeda cuenta que "durante el rodaje, Gérard ha hecho todo más fácil, trabajar con él era uno de mis sueños, ahora hecho real".
La idea de mostrar el intercambio cultural de su país con Francia supone un orgullo para Takeda, que es, de alguna forma, la misión que se ha marcado como actriz, una misión nada difícil gracias a la ayuda de Slony Sow, quien, según Takeda, "ha sabido plasmar con belleza y respeto la cultura" de Japón.
Sobre su participación en la preesnte edición de la Seminci, la actriz japonesa ha mostrado su deseo de conocer a apasionados del cine con quien poder intercambiar opiniones y "encontrar la inspiración de creadores de todo el mundo".Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.