Así arranca este corto, del que es mejor no desvelar mucho más, pues en tan sólo 3 minutos su director, Nicolas Kolovos, consigue intrigarnos, sorprendernos y emocionarnos como si de un largo se tratara.
Se nota la experiencia que cuenta Kolovos en su curriculum, pues está acostumbrado a dirigir videoclips musicales y anuncios para televisión, en los que ha tenido que esforzarse para contar mucho en poco tiempo, de ahí que, con la escasa duración de El dormitorio de Peter, tenga más que suficiente para narrar todo lo que desea.
El niño protagonista ocupa el cincuenta por ciento de la pantalla durante la practica totalidad del corto, y todo sucede tras él, con la conversación y las reacciones ante lo que tan sólo descubrimos al final del mismo. Podríamos pensar que estar ahí tumbado no requiere esfuerzo ni conocimientos de interpretación, pero el joven Dennis Alvdén es capaz de transmitir con gran intensidad el sufrimiento que vive en ese momento.
Sencillo y minimalista como él sólo, repleto de sentimiento y capaz de sobrecogernos ante tan inesperado final... estáis avisados.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.