Ferenc Rófusz ha presentado en la 56 SEMINCI su corto Ticket, un bello relato, en primera persona y sin diálogos, de la vida... literalmente.
La película nos presenta la existencia de un hombre vista por él mismo, desde que nace hasta la hora de su muerte. Los puntos de inflexión de su trayectoria biográfica van formando un tejido esencial que desvela que el sentido de la existencia reside en una existencia con sentido.
A través de una animación detallista, a modo de trazos realizados a lápiz, pero realista en extremo, nos ponemos en el lugar del protagonista y vivimos su vida como si fueramos él mismo, y no meros espectadores, siendo la pantalla los ojos de nuestra vida. Resaltar la especial dedicación que han puesto a los detalles de luz que tiene el corto donde, a pesar de ser dibujados, consiguen unos efectos de brillos y destellos difíciles de ver fuera del cine de imagen real o de la animación por ordenador.
Una joya visual que impacta por la forma de recorrer, en sus 9 minutos de duración, la vida a un ritmo trepidante, pero sin dejar cabos sueltos. Vemos el nacimiento, los primeros pasos, la adolescencia, el primer amor, la boda... todo, hasta el fin de los días. Pero con ésto no desvelamos nada que no se intuya, pues la muerte forma parte de la vida, y este corto, ni "corto" ni perezoso, nos muestra con crudeza y realismo lo que todavía nos queda por vivir, y nos recuerda con emotividad, todo lo que ya hemos pasado.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.