Por Joel García León/Tomado de Cubahora
Con las cuatro derrotas de Guantánamo, lo que parecía un increíble sucedió e Isla de la Juventud terminó en la octava posición de la primera etapa de la Serie Nacional de Béisbol y aseguró incluirse en los play off que definirán dos cupos más para la segunda fase del campeonato, a la cual no asistirá un trío que siempre ha dado colorido a estas campañas: Industriales, Pinar del Río y Santiago de Cuba.
Detenernos en estas salidas merece una alarma de calidad y trabajo para esas provincias, pues son las responsables de 41 cetros de los 55 repartidos desde 1962. Nótese que Industriales es el máximo ganador de títulos (12), seguido por la tropa pinareña, a la que sí sumamos los alcanzados por Vegueros llegan a nueve; en tanto los indómitos archivan ocho y son los que más tiempo hace que no ganan de los tres, pues su última celebración fue en el 2008.
¿Qué le pasó a los archiconocidos Industriales? El segundo año al mando de Javier Méndez apuntaba para mejorar el cuarto puesto de la pasada campaña, pero muchas variables le jugaron una mala pasada. Las contrataciones en el exterior de seis jugadores claves; la salida por abandono del país de otros tantos, lesiones de figuras ofensivas de primer nivel (Rudy Reyes y Yoandri Urguellés) y un inexperto pitcheo para funciones de abridor y cerrador, son las más visibles.
No obstante, tuvieron en su mano la posibilidad de incluirse, al menos entre los ocho, pero par de barridas consecutivas en el cierre de su calendario ante Ciego de Ávila e Isla de la Juventud le dieron el tiro de gracia. No es la autopsia lo que más corresponde en estos momentos, ni hablar de falta de garras. La capital del país no vive sus mejores días en el béisbol y el asunto debe interesar a todos, más allá del cuerpo de dirección de un conjunto.
Para los más occidentales el vaivén de resultados ha sobrevenido en los últimos torneos tras un gran resultado el año antes. Ganaron la Serie de Oro (50 edición) y meses más tarde terminaron décimos. Luego dominaron la 53 temporada y sucumbieron al quinto escaño al siguiente. Como si fuera poco, terminaron segundos en la 55 Serie y ahora concluyeron oncenos.
¿Se trata solo de motivación, liderazgos o caprichos del entrenamiento? Parece apuntar a los tres asuntos y a otros que trascienden el análisis propio de un rendimiento deportivo. Es cierto que a veces no se han estimulado a los campeones como merecen —y no se trata solo de lo material, aunque eso también hace falta— y que el impulso de hombres como Donal Duarte, William Saavedra o Yosvani Torres levantan o hacen caer a todo el elenco.
El director Gallardo ha demostrado que tiene ascendencia sobre los muchachos, pero, lamentablemente ni su cuerpo de lanzadores —el mejor del torneo en cuanto a nombres— pudo garantizarle esta vez el premio de clasificar entre los ocho punteros. Un remate final parecía llenarlos de esperanzas, pero era demasiada la diferencia a remontar.
Finalmente, la nave de Santiago de Cuba cambió una vez más de mentor y la juventud que se había impuesto en la serie sub 23 hacía soñar con un mejor lugar que el 14. Con la peor defensa del campeonato (60 pifias y 967 de average), un bateo que no impresionaba como antaño —con las excepciones de Edilse Silva (363) y Andrés Reyna (343)— y un cuerpo de serpentineros que sigue descontrolado, sin dominio del ABC para subir a la lomita, era previsible tal destino.
Quizás la posibilidad de reunir a otra generación de talentosos peloteros como lo tuvieron por casi 20 años no se consiga ahora con los mismos métodos que antes, pero talento sí demostraron que tienen, solo resta encontrar la ruta de cómo exponerlos y volver al lugar que le corresponde en el concierto del béisbol nacional.
Abocados a los play off de comodines y con el traslado del Juego de Estrellas para los días 28 y 29 de octubre, la actual campaña beisbolera todavía reserva emociones, aunque a muchos les parezca que sin estos tres grandes nada será igual. ¿Qué opina usted?
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