Salimos de la desordenada y caótica ciudad de Nouakchott para empezar a rodar la ''Ruta de la Esperanza'', con 1.000km de recorrido y llamada así por que cuando Mauritania, en 1960, alcanzó la independencia, no existía ninguna carreta que uniese la capital del país (Nouakchott) con el este del mismo. A finales de los 80 la carretera llegaba a Néma, acabando por fin con la incomunicación entre las 6 regiones de mayor riqueza agrícola y ganadera.
Y allí estábamos nosotros, con un hilo de asfalto a nuestros pies y dispuestos a llegar al paso de Djouk antes del anochecer, puesto que al esconderse el sol...las autoridades mauritanas, en teoría (en África todo es en teoría) nos obligarían a dejar de circular por razones de seguridad.
Llevábamos varios días fuera de casa, nos sentíamos tranquilos en la temida Mauritania, los vehículos estaban respondiendo, al igual que los estómagos. No habían: incidentes reseñables. Pasadas un par de horas de comenzar ''la ruta'', empezaba a subir por la espalda ese ''orgullo europeo'':
- Vamos sobrados...!!
La mañana continuó con alguna parada en poblados, viendo como del beige de la arena, kilómetro a kilómetro, brotaban arbustos casi imperceptibles si no fuese por la uniformidad del fondo....y como esa vegetación comenzaba a unirse.
Pocos vehículos circulaban, pero los que lo hacían siempre tenían curiosidades añadidas. Dromedarios en los maleteros, cabras en las bacas...
...dos moteros que nos adelantaban cada 20 km después de hacer largas paradas y ya no sabían como saludarnos...
- Vamos sobradísimos...!!
Quedando a penas dos horas de luz, con el paso de Djouk a poco más de 50 km (según nos habían informado en el último control de la germanderie), habiendo parado a comer relajadamente bajo la única sombra existente a decenas de kilómetros....paramos la Mitsu al grito de:
- Pisha, afloja!! Foto, foto, foto...
La constancia del desierto se estaba quedando atrás y empezaba a dar lugar a pequeñas concentraciones de arboles que nacían bajo un manto verde y que rodeaban pequeños depósitos naturales de agua.
Siguiendo las ordenes del segundo de a bordo, Juan para la Mitsu.Pero la luz dificulta la fotografía y decide proceder a encararla junto a un arbol, al lado de la pequeña laguna.
- Juan, llegaremos al paso antes de que anochezca?- Pues claro que sí, flaca.
Mientras yo preguntaba y él respondía, la Mitsu había decidido que el mejor sitio para dar la vuelta y después situarse junto al árbol para la foto era, con kilometros y kilómetros de arena suelta a la redonda, por medio de un barrizal.
Tras dicha acción...las consecuencias de la decisión de ''la putilla'':
Pedro enfrente cámara en mano, se echa la otra a la cabeza.Juan, con la calma que le caracteriza, se gira hacia el asiento trasero, me mira con una sonrisa y solo dice: - Así es más divertido.Yo, sin palabras, asiento mientras pienso: - Para qué habré preguntado. Está claro! No llegamos!.
Eso mismo debieron pensar Paco, Pablo y Dani cuando, circulando sosegados por la carretera, se encontraron, a su derecha, a un blanco dando saltos con los brazos levantados y otro, metido en la Mitsu atascada gritando:
- Pedroooo!!! Para a la Hyundai, para a la Hyundai!!!
De nuevo el proceso del día anterior con diferentes protagonistas: una eslinga, la Mitsubishi a los mandos de Juan, la H1 a los de Dani y Pedro de árbitro:
- Dale, dale, dale!!!
Y Dani le daba...vamos que si le daba!! Lo hacía tanto que lo raro fue que no hiciese un agujero en la arena y hubiese que rescatarle a él.
Mientras la H1 rugía a destajo...la Mitsu se oía, pero las ruedas no se movian. Y el árbitro a gritos:
- Juan!!! Que tienes puesto que ''la putilla'' no se mueve?? 4 high o 4 low??- Pero Juaaaan!! Que vas a quemar la Hyundai!!! Que las ruedas no giran!!! 4 high o 4 low??- Joder Juaaaaaaan!! Que no se mueve!! Que quites el 4 high y pongas el 4 low!!
Y se hizo la luz, la ruedas giraron y la H1 dejó de sufrir.
Una vez retomamos la marcha y tras preguntar en qué consistía exactamente eso de: 4high y 4low, me surgió una pregunta obligada para Pedro:
- Una cosa: por mucho high o low que tuviese, si estaba la marcha puesta y aceleraba...por que no se movía (ni para resbalar) ninguna rueda?
Fue una de las mejores respuestas del viaje:
- Para mí que no había ninguna puesta y estaba probando la fuerza de la Hyundai!!(todos llevamos un niño travieso dentro y cuando sale...)
Aun íbamos en hora, comentando el rato que habíamos pasado, lo entretenida que se estaba haciendo ''la ruta de la esperanza'', sin sopesar que toda acción va seguida de una reacción y las represalias de la H1 no tardarían en manifestarse.
A 10km del último control junto a nuestro alojamiento de esa noche, en medio de un poblado repleto de niños y con la luz de día casi despidiéndose de nosotros...nuestra rescatadora se cruzó de ruedas y dijo: hasta aquí!!
Un ruido ''raro'' era la forma que tenía la camper de avisar de que a una de las ruedas se le habían roto 5 espárragos.
Ne pas Problem!! (los canarios siempre tan positivos)
- Se quitan ''espárragos'' de las otras ruedas, se ponen en esta y mañana, en Kiffa, se acaba de solucionar. A ver...pasarme una llave del 22.
Una Westfalia, una H1, una Mitsu L300, una Suzu, una GS (que volvían de hablar con el control para explicarles lo que pasaba y para que nos dejasen pasar aun siendo de noche), un Patrol (que nos alcanzó en medio de la reparación), 6 cajas-bolsas de herramientas, más de 5 juegos de llaves, de estrella, carraca, tubo...y ninguna del 22.
Ya comenté anteriormente que en África, cuando estás parado o averiado, los autóctonos siempre paran para preguntar si hay algún problema. Este caso no sería un excepción.
Abriéndose paso entre el bullicio de los pequeños curiosos, los vehículos disminuían la velocidad ofreciendo su ayuda a lo que la respuesta era:
- Tenéis llave del 22??
Y así hasta que la tuvieron!!
Y ya pasada la media noche, Dani, Josete, Andrés, Juan y Pedro se ganaron descansar más que nadie.
NUNCA VOLVIMOS A DECIR: VAMOS SOBRADOS!!