Kharouf, seguidor de los
Hermanos Musulmanes
Coincidiendo en fechas de este movimiento de animales también hemos tenido la posibilidad de ver los preparativos y el comportamiento de los Kharouf y de cuál iba a ser su actitud hoy, 6 de octubre, día de la Fiesta Nacional de Egipto que conmemora el primer día de la ofensiva del ejército egipcio sobre el israelí y la posterior reconquista del Canal de Suez. A los que nos gusta entretenernos en saber qué está pasando en la sociedad en la que hemos elegido vivir llevamos días atentos a toda la información que cae en nuestras manos para tratar de comprender porqué los seguidores de los Hermanos Musulmanes no desisten en su empeño de usar la violencia contra sus conciudadanos y no admiten, de una vez por todas, que son los propios egipcios los que no les quieren cerca, que son los propios egipcios los que reprueban su comportamiento de cani barriobajero -como se pudo ver hace dos días en el barrio de Manial siendo expulsados por el vecindario.
Los Hermanos Musulmanes, como grupo donde miles de personas encuentran su espacio de confortabilidad y afinidad, deberían tener un comportamiento más racional acorde a su condición de seres humanos; los borregos -se supone inteligentes- deberían de darse cuenta por ellos mismos que están siendo controlados emocionalmente por una jauría de perros y por unos cuantos pastores. Pero el numeroso rebaño sigue obedeciendo la voz del pastor ejecutada por los perros siendo sordo, mudo y ciego ante el fracaso del islamismo político en Egipto y sigue adelante en una absurda lucha injustificada por el territorio que ellos solitos perdieron.
Pocos países serán más patriotas que Egipto, y aún ahora la mayoría está celebrando su Fiesta Nacional mientras otros todavía están por las calles obedeciendo consginas, creando altercados y provocando enfrentamientos que están costando vidas gratuitas. No son capaces de darse cuenta que con sus actos de sumisión ni serán héroes ni serán mártires sino títeres de un régimen y de una organización que han sido un fracaso. Su propio fracaso.