6 formas de gestionar las emociones negativas

Por Lorena White @lorenagwhite

Hace algunas entradas, te decía que ser pesimista no era algo que te pudieras permitir en estos tiempos. Y no es porque a todo el mundo le haya entrado una especie de virus del optimismo, es porque ser optimista es lo más productivo que puedes ser. Eso no quiere decir, por supuesto, que no puedas sentirte triste, harto, cansado, desmotivado o negativo, o que no puedas cometer errores.

De lo que trata el optimismo (según mi opinión y es así como intento guiar mi vida) es de conseguir que esas emociones negativas no formen parte de nuestro día a día, que no se conviertan en un hábito.

Por eso, porque hay días de mierda y porque hay veces que nos sentimos como tal, hoy te traigo 6 formas de gestionar emociones negativas. Así, por lo menos, intento gestionar yo las mías. Si funciona o no, ni idea. Pero sí es cierto que, al cabo de poco tiempo, consigo sentirme mejor.

Eso es lo que te deseo: que sea lo que sea lo que te pase, te sientas mejor :)

1. Grita:

En serio, grita. Enfádate, rompe algo, exterioriza lo que sientes. No te lo guardes para ti. Lo que guardas para ti, lo cargas y lo que cargas, inevitablemente, acaba convirtiéndose en un lastre. Así que grita, llora, patalea y cógete una rabieta, como cuando eras niño. Pero no lo almacenes.

2. Descarga tus pilas:

Hay gente que, cuando está preocupado o pesaroso, sale a correr. Lo que se trata es de descargar tus pilas, porque no sólo te descargarás físicamente, sino también mentalmente. Se trata entonces de despejar la mente realizando una actividad física que te impida pensar en aquello que te tiene desmotivado, que te impida soltar toda esa negatividad de forma física. Pégale a un saco de boxeo o sal a dar una larga caminata. Lo que quieras, pero hazlo.

3. Escribe:

Sí, escribir también vale para esto. Escribir es una especie de terapia: si escribes de algo que no tiene nada que ver con la persona con la que estás molesto, con los motivos de sentirte mal y negativo, despejas la mente y si no, escribe una carta que nunca enviarás o describe tus sentimientos. Convierte la rabia, la negatividad o la desidia en letras.

4. Habla:

Porque a veces sólo necesitamos a alguien al otro lado del teléfono (o mejor, al otro lado de la mesa con un par de cañas/cafés entre ambos) para dejar la negatividad a un lado. A veces simplemente necesitamos hablar y a alguien que escuche.

5. Elabora listas:

Escribe los motivos por los que te sientes mal hoy. Escribe las razones por las que estás tan mal, tan triste, tan persaroso. Compáralas con aquellos momentos de tu vida en los que has estado realmente mal, realmente preocupado, realmente dolido. Compara tus motivos de ahora con los motivos que tuviste, en el peor momento de tu vida, para sentirse a ti. ¿Realmente es tan importante lo que estás sintiendo ahora y, sobre todo, el por qué?

6. Haz algo bueno por ti:

Muchas veces pasamos mucho tiempo queriendo complacer a los demás, o haciendo cosas por ellos. A veces el origen de sentirnos mal es pensar que nos estamos perdiendo algo, que no estamos haciendo nada con nuestra vida, que no tenemos tiempo para nosotros, que no estamos aprovechando al máximo nuestro día a día. Vale, pues eso tiene una solución muy sencilla: busca un rato al día y dedícatelo a ti.