El compromiso de las empresas con la sostenibilidad energética y medioambiental es ya irreversible, al margen de cómo evolucione el entorno regulatorio. En ese sentido, las TIC juegan un doble papel, primero como consumidoras de energía y generadoras de desechos, y segundo como herramienta de innovación en la búsqueda de vías de ahorro energético y eliminación de residuos. Las iniciativas en marcha, por parte de los fabricantes de equipos, los implantadores de redes y los constructores de oficinas y edificios, van todas en la misma dirección. Pero, además, los nuevos sistemas suponen un mayor aprovechamiento de los equipos y por tanto una reducción del consumo y el desecho. Aún así, queda un largo camino por recorrer, lo que es un reto pero a la vez una oportunidad de enormes dimensiones.
Y no sólo las TIC pueden jugar un papel en la mejora de la sostenibilidad de su propio negocio, sino indirectamente y quizás más importante, pueden jugar un papel crucial en la de otros sectores, como el transporte de personal o cosas, donde cualquier sistema que contribuya a la optimización de los trayectos y las cargas supone un ahorro energético directo, aparte de un beneficio empresarial.