El Real Madrid nos sacaba 4 puntos y había perdido en Valencia y nosotros perdíamos con una alineación absurda en Anoeta, Luis Enrique no se hablaba con Messi, y hasta nos planteábamos con seriedad(ahora suena a broma) si había que darle el finiquito al míster para salvar los muebles.
En Madrid la campaña contra Neymar continuaba y cada día salían en portada los problemas con Hacienda de Messi y del brasileño( en realidad son los únicos que aparecen en los listados de la Agencia Triburtaria que dirige una ex directiva blanca).
El debate es si Luis Enrique se equivocó al principio, si Messi estaba molesto, o si en realidad el míster asturiano sabía que necesitaba a toda la plantilla y tan solo en Anoeta debió cambiar de idea.
Si nuestro rival ha pasado de ganar 22 partidos seguidos y ganar el mundialito(Copa Toyotya si la juega el Barça) a arrastrarse por los campos esperando el penalti del último minuto o el comodín arbitral(Córdoba, Sevilla) por no contar más que con 14 jugadores o es que el mundialito condicionó su preparación de pretemporada.
Son las cosas de las crisis, que cuando la tienes cerca parece que no hay futuro y ves al rival que se plantea un sextete, y de repente, en 6 semanas, todo parece cambiar, ves llorando a tu vecino y se te escapa una sonrisa semana tras semana, partido tras partido.
Seis semanas escasas, apenas 40 días han cambiado las cosas de tal manera que al trofeo pichichi, que ya estaba casi grabado con el nombre de Cristiano, igual tienen que rehacerle la peana, y que pasas de pensar que Messi ya no estaba a volver a disfrutar del que es el mejor jugador del mundo seguido de otros a distancia medible en años luz.
Y ahora viene la Champions. Que nadie saque pecho antes de tiempo.
PD: Que pedazo de jugador es este Suárez. Y qué barato ha resultado Neymar.