Mucho a llovido ya en Japón desde que apareciera el primer Godzilla de Ishiro Honda. Pocos saben que en la primera película el Godzilla original muere, pero que debido a su éxito tuvo que ser “revivido”.
Este nuevo ser prehístorico es sombrío y no tiene los movimientos de lucha libre que le ayudaron a vencer a sus adversarios imponentes en pasadas películas, el Godzilla de Gareth Edwards es un animal prehistórico que se ve y se comporta como cualquier anterior versión del monstruo. La película además de rendir homenaje a los orígenes de la franquicia marca un retorno a los primeros días de la criatura.
Esta película nos llega en el 60 aniversario del primer Godzilla, la evolución del personaje ha sido constante, cerca de 31 películas se han realizado desde el año 54. Y en cada versión el personaje ha ido creciendo y decreciendo dependiendo del gusto del director de cada una de ellas.
La serie original de las películas de Godzilla se realizaron en la cúspide de la industria del cine japonés, que por un breve tiempo fue el más prolífico cine nacional en el mundo; y así se lo hicieron ver a los Estados Unidos para poder venderlo en su mercado cinematográfico. Gran parte de que estas películas se catalogaran como cine de serie B fue porque las distribuidores americanas que la comercializaron eran de serie B. Hay que recordar que en aquellos años los americanos exclamarian… “Es cine japones, que más da”.
No fue hasta los años noventa, años pasaron desde la creación del primer Godzilla, que el público americano llegó a ver la película en su versión original. Hay que indicar que los productores americanos introdujeron escenas que no existian en la versión japonesa original. Las películas de este género se convirtieron en un genero más dentro del panorama televisivo norteamericano. Al ser un lugar alejado del planeta (Japón), para los espectadores era más creible que estas situaciones y monstruos pudieran existir, paradójico ¿verdad?.
Para la película, Edwards nos ofrece un monstruo literal y metafóricamente, una fuerza de la naturaleza que empequeñece los logros de la humanidad. Godzilla es proyectado en un escenario mundial, trascendiendo las fronteras geográficas y culturales de los orígenes del personaje, recuerda al público que hay algunas cosas en nuestro mundo que son más grandes que nuestro entendimiento y sobre todo más grande que nuestro control. Y hay entra la paradoja de querer estar con Godzilla animarlo, que gane las batallas; pero a la vez nos supone un terror de ser una gran criatura sin control… quizás esta una gran similitud con la misma humanidad.