Hablar de barras bravas en Argentina es referirse a grupos mafiosos. Mercenarios que, en nombre de un club (pero nada les importa la institución), delinquen, apretan y amenazan a dirigentes, jugadores, cuerpos técnicos y hasta a los verdaderos hinchas del fútbol argentino.
Que estos grupos ya no improvisados, todo lo contrario organizados con logística y comunicaciones, realice un viaje a otro continente y tenga los recursos para pagar alojamiento, comida, transporte y tickets da motivos y muchos para sospechar, investigar y denunciar.
Investigaciones periodísticas de excelente calidad demostraron que hace aproximadamente un año, un dirigente kirchnerista, Marcelo Mallo, reunió a los líderes de estos grupos y les prometió viajes, estadias y entradas para el Mundial de este año. "el Gobierno armó un plan con 12 barras de clubes de Primera ofreciéndoles planes sociales y all inclusive al Mundial de Sudáfrica para 280 barras, a cambio de apoyo publicitario en las canchas y de tropa en las calles. Y la movida empezó esta fecha. En la mayoría de los estadios, las barras lucieron una bandera que decía "Hinchadas Unidas Argentina", con la iconografía de "Kirchner vuelve" y "Viva el Pingüino" a ambos extremos", escribió Gustavo Grabia para el diario Olé.
Sin embargo, y ante toda esta locura y estafa tanto a los socios de los clubes como a la sociedad en su totalidad, existe una ONG encargada de denunciar y proteger a las víctimas de estos delincuentes: Salvemos al Fútbol. Esta ONG denunció hace algunos días al mandamás de AFA, Julio Grondona, por estar implicado en el viaje de estos personajes en el mismo vuelo que la delegación de la Selección Mayor.
Entonces, que en 678 se ponga en duda que distintos medios denuncien todos los negociados y el viaje de estos personajes es algo que roza lo obsceno. Periodistas que supuestamente trabajan por la verdad y para construir un discurso creíble, atacan a un canal o a colegas por denunciar un hecho delictivo de esta magnitud. La respuesta positiva que aparece en el tape a la pregunta si es el único país que lleva barras bravas termina de poner un manto de vergüenza más que importante.Sin dudas que, desde 678, no se investigan las causas de por qué viajan a Sudáfrica estos personajes o por qué algunos son los mismos que trabajan para el INDEC, es decir fueron los que hicieron alboroto en la Feria del Libro.678 no solamente ningunea la denuncia de otros colegas sino que la toma como si fuese una venganza por no tener los derechos de televisación del fútbol. Es verdad, como dice Victor Hugo Morales, antes no se denunciaba por complicidad con Grondona. Enhorabuena que aparezca este periodismo deportivo que se atreve a denunciar asociaciones ilícitas y negociados entre barras, gobierno, dirigentes, jugadores y cuerpos técnicos.