(Gracias a Toni Barceló i Barbara Balanzó por las críticas a la crítica)
Analizo el plano de emplazamiento: la Ciutadella aparece en el centro del encuadre, ortogonal al panel. Tendremos que buscar el norte cuarenta y cinco grados a la derecha. Al sur, el mar. La Ronda del Litoral es un corte horizontal que lo separa del resto de la ciudad. Entre el mar y la ronda, la Barceloneta, el Hospital del Mar y el Biomédico, el Puerto Olímpico y, cosida a él con mucha habilidad, la Villa Olímpica. Resaltados: Santa Maria del Mar y el Paseo del Borne. Curiosamente, no el Borne. La Avenida Marquès de l’Argentera. Enfilado, el Pla de Palau. El Paseo Lluís Companys y el Paseo de Sant Joan que lo prolonga. El Arco de Triunfo entre los dos. La Meridiana. Resaltadas: todas las manzanas que envuelven la Ciutadella. Los Juzgados (a reformar por RCR, si la crisis les deja). Las tres manzanas de la Universidad Ramon Llull. Edificios tan remarcables como el Depósito de las Aguas, tan ajeno y, a la vez, tan consubstancial al Ensanche. La calle Wellington, que, lo confieso, es mi favorita de Barcelona, en negativo. A sureste, la Estación de Francia, la propia Biblioteca, las vías, el edificio lineal enorme que, ya en la Villa Olímpica sigue su forma, mitad construido por MBM, mitad por Urgell-Godia. El parque lineal que Pep Zazurca construyó por los juegos Olímpicos. Resaltada: la Ciutadella. El Paseo Lluís Companys se mete dentro, como una avenida que queda interrumpida en el sur por el zoo. En escorzo, el arsenal antiguo (léase el Parlamento de Cataluña). Una suerte de caminos entrega las geometrías y llena el plano. La Ciutadella aparece como un vacío urbano enorme alimentado por una serie radial de calles. Algunos de sus límites son difusos. Se escapa. A sur, pero, queda contenida. La Ronda. Las vías. Tenemos la experiencia del parque de la Villa Olímpica: adyacente y a la vez completamente ajeno a ella. Su prolongación hacia el mar es cuestionada como tal. El vacío urbano puede continuar, pero… y el parque? Esta propuesta de concurso nace como una crítica al proyecto de prolongación del Parque de la Ciutadella. Su voluntad quiere ser la de cerrar este parque, convertirlo en pulmón de esta parte de Barcelona, definirlo, consolidarlo en su forma actual y, a través de ella, emanar, irradiar hacia sus extremos. No se puede hacer de un modo más sencillo: un prisma deformado que sigue la directriz de la Ronda de Circunvalación. Que cierra la Estación. Que crea recinto, un recinto poroso y complejo. El Paseo Picasso, definido por sus soportales construidos por Josep Fontserè, se prolonga doscientos metros abajo y empieza a curvarse sobre el parque. La Biblioteca será, precisamente, esto: un edificio largo, estrecho, una fachada gruesa, con volumen, orientada y volcada a la Ciutadella. Formalmente prolonga estos soportales de un modo rico, sutil, complejo, sin lugar a las referencias directas.
Todo esto no prepara al observador para lo que sucederá en el interior. De momento sólo se ha hablado de condicionantes urbanos. He descrito una fachada y un volumen que juega con un volumen previo. Los soportales de Fontserè son un magnífico edificio de usos múltiples: restaurantes, oficinas, viviendas, alguna pensión, negocios varios: todo cabe. La fachada es discreta, aguanta, maquilla. La fachada de la biblioteca es un velo discreto que, simultáneamente, esconde completamente lo que pasa dentro, lo matiza y lo relaciona con el exterior. El edificio: una planta baja pública. Unas plantas superiores con una relación con la calle compleja, basadas en una franja de servicios situada hacia la parte posterior del edificio sin que llegue a tocarla. Dentro: un volumen global. La verdadera planta baja del edificio, una vez se ha accedido, es la planta primera. Ésta es una plataforma corrida, sin agujeros, una tapa inferior. Sobre ella se disponen una serie de plataformas de la medida del módulo estructural A dispuestas en damero. El volumen se percibe, por tanto, globalmente y el juego de alturas será doble cuando estamos bajo la plataforma pero, en cambio, de toda la altura del edificio cuando miremos en diagonal (que es como miramos de veras, vaya). Estas plataformas están servidas por un pasillo de medida suficiente que dobla la franja de servicios. El pasillo y la franja guardan los libros. Las plataformas contienen gente. Las vistas próximas nos resguardan. Las lejanas relacionan. Mirando la fachada perpendicularmente, la Ciutadella. Mirándola en escorzo, luz exterior.