Después de la odisea de la noche anterior, de dormir ''a la fresquita'' en una haima...
...de que Pablo se despertase a medianoche con un animalillo autóctono sobre su regazo, de que la Hyundai se vengara de los canarios...comenzaba un nuevo día!!!!
Primer destino: Kiffa y la palabra mágica de la mañana: l'essence
El día se planteaba bien. La noche anterior habían podido arreglar a ''la bicha mala'' y hacía que la parada en Kiffa fuese tan solo para cambiar ouijas, comprar algo de comida, mucha agua y encontrar GASOLINA!!
Andrés circulaba con una rayita de l'ssence, paraban en cada gasolinera a preguntar y en ninguna había suerte.
Gasoil...sin problemas. Gasolina...con muchos. Y las gasolineras...indescriptible.
Surtidores roídos por la lluvia y el viento, lanzados sobre bloques de piedra y custodiados por una caseta de 2x2 al borde del desprendimiento.
Finalmente, a precio europeo y NO en una gasolinera, 20 litros les dieron un respiro.
Entrando en Kiffa un mensaje de Antonio (desorganizador):
- En Tintane y debido a inundaciones hay un desvío de tierra de pocos kilómetros.
- Pero si no llueve?? (pensé)
Una vez en la ciudad y con el cielo despejado (aun no entendía el mensaje de Antonio) encontramos un Western Union.
Me disponía a ir a cambiar cuando León me comenta: vas al Western?? Te acompaño, que mira que he estado en sitio de cambio y en un Western nunca.(como dice el refrán: No quieres caldo? Pues toma dos tazas!!)
Basta que él dijese eso y que entrásemos allí a saciar su curiosidad...para que el cielo se tiñese de color mostaza y el viento comenzase a zarandear vayas publicitarias, los techos de la cuidad y a levantar arena, bolsas, papeles...
Hay días negros, días rojos (como decía Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes) y ese día empezaba, y acabaría, siendo MARRÓN.
10 minutos mas tarde, la lluvia, que en África no avisa. Es como si las nubes condensaran el agua hasta la saciedad y guardasen con furia su peso en depósitos. Y llegado el momento, cuando la capacidad y la fuerza escasea, el cielo los volcase de golpe para aliviar la carga...y ya en vacío, de nuevo vuelve a sonreir.
Y mientras tanto, nosotros pasando el rato en el Western que tantas ganas tenía de ver León, sentados en las sillas que la empleada amablemente nos había dejado, esperando a que amainase la tormenta y contemplando como los niños corrían hacia un terreno asfaltado liderado por dos porterías en cada punta, con un balón a los pies, descalzos y revolcándose en el suelo bajo el agua.
Una hora más tarde la lluvia amainaba y había que continuar.
Y como bien nos avisó Antonio, a la altura de Tintane nos encontramos un desvió hacia un tramo de pista.
La arena ya no era tal; se había convertido en arcilla.La carretera estaba cortada ''a la Africana'' y eso tiene muchísimo mérito.Hileras de piedras la atravesaban de derecha a izquierda para ''impedir'' el paso a la circulación.Curiosamente, es de la pocas cosas ordenadas que he visto en África.
Los charcos eran pequeños embalses en ocasiones...
Grandes embalses en otras...
Cada paso, un reto...
Cada metro, una experiencia...
Cada obstáculo, una prueba...
Tuvimos incluso afición desde las gradas!!!
Y tras cinco horas de disfrute...se abrió la carretera...
Aun nos quedaban muchos kilómetros hasta Goguin y era inviable hacerlos una vez llegada la noche, al igual que lo era no buscar alojamiento en el primer rincón donde hubiese civilización.
Una vez en carretera y con un cambio considerable en los paisajes: comenzaba a predominar el color verde, los burritos sabaneros se empezaban a hacer dueños del asfalto y África comenzaba a ser negra.
Sobre las 18:00 encontramos un pueblo. Después de preguntar a los locales, avanzar el poco tiempo de luz que quedaba, dejó de ser una opción debido a que no llegaríamos de día al siguiente.
Por ese día, nosotros ya habíamos cumplido.Y los vehículos ya podían relajarse y presumir del color de la experiencia:
MARRÓN