Pero, hay algo que permanece, esos anuncios evocadores, que emocionan, y que lejos de ser marketing puro y duro, llevan mensaje y acaban calando en nuestras memorias. Esta es mi selección.
- Suchard. La novedad de este año que nos invita a recuperar al niño que llevamos dentro, además de ponernos tibios a turrón de chocolate, lo cual no es nada difícil...
- El Almendro. Un clásico. Que levante la mano al que no se le pase la melodía por la cabeza cuando vuelve a casa por Navidad.
- Las muñecas de Famosa. Si recuerdas la canción, y sobre todo, si la recuerdas asociada a un anuncio en blanco y negro, eres un niño de la generación de los 70. Con esas Nancys y Nenuncos que no podían faltar en la carta a los reyes.
- El Lobo. Melodía pegadiza, ahí queda. Yo, nada partidaria de los dulces navideños, sólo prestaba atención a estos anuncios cuando el chocolate asomaba por alguna mesa.
- Airtel. ¿Os acordáis del famoso y a la par saciante y cansino "Hola soy Edu, Feliz Navidad". Al final, no sé yo porqué, pero me suena que la campaña resultó ser una ful de Estambul y no era tanto chollo.
- Coca-cola. No hay Navidad que se precie sin un anuncio de Coca-cola mágico. Las campañas suelen ser épicas, pero esta es probablemente de las más recordadas.
- Lotería De Navidad. Es verdad que el anuncio de este año es precioso, pero qué quieres que te diga, donde se ponga el calvo y esa magistral música...
Y hay muchos otros, todos importantes, porque al final nuestros recuerdos se forjan a través de las vivencias, de los que nos acompañan, de la música, de las imágenes... ¡¡¡Feliz, feliz Navidad!!!