7 características del flow o estado de flujo

Publicado el 12 abril 2020 por Agustin @TecleaTeCrea
Fluir al tocar y al estudiar el piano es fundamental, os dejo aquí unas reflexiones sobre sus 7 condiciones, basadas en un vídeo de Mihaly Csikszentmihalyi.
Son:
-estar concentrado, enfocado, completamente inmerso en lo que se hace: lo hemos sentido todos alguna vez, en mi caso lo observo constantemente cuando veo jugar a mi retoño, o cuando toco el piano y de repente me llevo un susto que me saca de ese estado de flow porque aparezca algo inesperado, un ruido fuerte, por ejemplo...
-sentido de éxtasis (“estar de pie junto a algo” literalmente, originalmente): una sensación de felicidad haciéndolo, de paralización del tiempo, de gran gozo...
-gran claridad interior, darse cuenta de que se necesita hacerlo y se siente uno bien haciéndolo: verlo claro, necesario, positivo, sentir que tiene pleno sentido...
-saber exactamente que es posible hacerlo, conocimiento de que nuestras habilidades son adecuadas para realizar la tarea: sentirse capaz y animado, en ello, que puede construir lo que se tenga “entre manos”, o mentalmente hablando, aquello en lo que se piense...
-sensación de serenidad, no preocupación, olvidarse de uno mismo, sentir que se es parte de algo más grande: sentido de trascendencia, de que se hace algo importante, de que da paz realizarlo...
-sensación de que no pasa tiempo, de que se desaparece, estar enfocado en el presente: como una meditación...
-sentir motivación intrínseca: no se hace porque otro lo diga, por un premio que nos concederán, no es una motivación “exterior”, sino que procede del mismo acto, es motivante en sí mismo...
Si se cumplen estas 7 características seguramente se halla uno en un estado de conciencia óptimo, más elevado, quizá las ondas cerebrales están en fase más lenta de la media cotidiana, quizá en lo que se ha llamado “alfa”, con un estado de actividad neuronal ni demasiado intenso ni demasiado bajo, que parece ser el más eficaz a la hora de crear, meditar, concentrarse, vivir, en suma, con el nivel de “conciencia” adecuado, ni demasiado alerta ni en sueño, sino en el punto justo para poder fluir con la vida, volar con ella, estar en el presente.