7 claves para “venderte” mejor profesionalmente

Por Maria Mikhailova @mashamikhailova

CÓMO “VENDERTE” PROFESIONALMENTE

Muchos no sabemos “vendernos” en el trabajo actual o para un trabajo nuevo. Y es un hecho. Primero, porque desconocemos nuestras fortalezas y debilidades, o no aceptamos estas últimas. A veces rechazamos algo de nosotros de tal forma, como cuento en este artículo, que acaba saliendo a la luz y no te permite mostrarte de la mejor forma.

Para empezar, me siento en la obligación de advertir que la palabra “venderse” se suele ver de manera peyorativa. De hecho es un poco lo que siempre me ha pasado a mí, al igual que con la palabra “ambición” o “éxito”. Fijaos en la importancia del lenguaje. Aquí es donde entran en acción las famosas creencias limitantes: esas “verdades” que nuestro cerebro ha tomado por inamovibles. Y como dice la PNL, nuestro lenguaje determina cómo entendemos la realidad. Muchas veces esto ocurre a un nivel subconsciente, no nos damos cuenta de que esa palabra, en apariencia inofensiva, está creando toda una realidad para nosotros.

Si rechazo inconscientemente palabras como “venderme”, “éxito” o “ambición”, estoy rechazando en el fondo conseguir esas acciones y, aunque de forma consciente pretenda ser una persona exitosa, lograr una posición o ser elegida entre otros candidatos, es probable que la incoherencia que hay en mí haga que en lugar de acercarme a todo ello, me esté alejando, generándome un inexplicable malestar.

Personalmente siempre he envidiado un poco a esas personas que conseguían sacarse el máximo partido en su vida: sabían hacer amigos adecuados, se presentaban —o “se vendían”— muy bien, conseguían puestos de trabajo a los que aspiraban o montaban proyectos sin miedo al fracaso. Ellos tenían algo que me faltaba a mí. Pero afortunadamente, después de dar tumbos en mi trayectoria profesional, creo que por fin di con la profesión que me identifica y por aquí quiero contaros las 7 claves que hacen que una persona consiga “venderse” realmente bien.

Ojo, no es una receta de éxito ni mucho menos. A través de la observación y análisis (tanto de mí misma como de personas que conozco, así como a través de las sesiones de coaching con mis clientes), he identificado algunas de las pautas que hacen que un determinado perfil de personas consigan crear un efecto positivo en su interlocutor.

7 CLAVES DE PERSONAS QUE SABEN “VENDERSE” PROFESIONALMENTE

#1 Seguros de sí mismos y con plena confianza en sus posibilidades. Saben de qué estan hablando y creen firmemente que eso de que hablan es bueno, útil o interesante. Tiene mucho que ver con un estado de aceptación de uno mismo, así como conciencia de mis límites y mi potencial.

Cuando no creemos en nosotros, todo lo que decimos o hacemos suena poco convincente, porque esa inseguridad se traslada también a nuestros interlocutores y la perciben de forma muchas veces inconsciente. Por ejemplo realizar afirmaciones de forma constante, centrándonos en aquello que nos produce inseguridad, y afirmando justo lo contrario, puede ser una buena vía a la hora de potenciar esa fe en nosotros o en aquello que hacemos.

#2 Un nivel de autoestima adecuado: no hay sentimiento de inferioridad ante los demás; no creo que por hablar con esa persona o por quitarle su tiempo, le estoy molestando. El tema corporal aquí es importante. Muchas veces nuestra propia postura delata nuestra falta de autoestima: espalda encorvada, manos que no sabemos dónde ponerlas, mirando al suelo. Lo ideal será llevar los hombros hacia atrás, mirar al interlocutor a los ojos sin intimidarle, estar relajados y no tensos.

Este punto tiene mucho que ver con el anterior. Y es que la autoestima y la autoconfianza son las dos caras de la misma moneda. Si creo en mí y en lo que hago, me aprecio más y me acepto. Y si me acepto como soy, creo en mí mismo.

#3 Enamorados de su producto, servicio, marca personal. Es básico. De hecho la mejor forma de vender un producto es desde el corazón. Si creo en mi producto, si considero que vale la pena, no voy a pensar que estoy engañando a nadie. La forma de saber si de verdad mi producto me gusta es preguntarme: ¿lo compraría yo si me lo fueran a vender?

Y si mi respuesta es sí, puedo enumerar todas las razones por las que yo mismo lo compraría o me contrataría a mí mismo. Si creo que no, entonces es hora de pensar qué está fallando y cómo lo puedo mejorar hasta crear esa marca o producto del que esté realmente enamorado.

#4 Capacidad de escucha activa: no se trata únicamente de hablar de uno mismo, sino de escuchar al otro, haciéndole sentir importante. La escucha es una parte esencial de la comunicación. A nadie le gusta escuchar a alguien que no para de hablar de lo maravilloso que es y de lo mucho que sabe hacer. Es necesario también parar de vez en cuando y ver qué puede aportarnos el otro, hacerle sentir bien preguntando por sus cosas, sus preocupaciones.

Lógicamente si estamos en una entrevista de trabajo no es plan de ir preguntando al entrevistador por su vida privada, pero sí podemos hacer algunas observaciones puntuales o interesarnos por el negocio, el mercado o la empresa en sí. Y si se trata de vender mi producto o servicio a otra persona, es importante que escuchemos al otro para detectar sus necesidades, inquietudes…

#5 Positividad y optimismo. Es difícil venderle algo a alguien si no estás vibrando en una frecuencia alta, como lo es el estado del optimismo. Somos seres sociales y contamos con las llamadas neuronas espejo, y éstas se contagian. La sonrisa —obviamente no fingida— aquí es fundamental. Pero no sólo eso, es importante también usar términos positivos, el lenguaje delata muchas veces nuestra forma de pensar.

Te propongo un experimento, graba alguna conversación con alguien de tu entorno (pero no estés pendiente de que te estás grabando, relájate y sé tú mismo). Y escucha la grabación después. Observa si predominan palabras como el No, el Tal vez, el Imposible, Difícil, Tengo que, No sé… o por el contrario utilizas términos más positivos como el Seguramente, Quiero, Lo voy a hacer… Observa también si predominan condicionales (Me gustaría, Quisiera, Ojalá…) o verbos de futuro (Voy a…, Haré…). Todo esto te dará pistas sobre cómo piensas: si vives en el NO, en el TAL VEZ o en la Aceptación y Confianza.

#6 Rapport. Ésta es una técnica que se usa mucho en la PNL y consiste en la capacidad de imitar de forma apenas perceptible los gestos y sobre todo los microgestos del interlocutor. Muchas veces ocurre de forma espontánea, cuando estamos realmente conectados con la otra persona, ya que empezamos a vibrar en una frecuencia similar y esto hace que nuestras neuronas espejo se activen, haciendo que adoptemos casi inconscientemente la misma postura, gestos parecidos, etc. Eso sí, no recomiendo a nadie usar el rapport de forma fingida, se verá muy forzado y no nos hará estar presentes en el proceso de la comunicación.

¿Cómo aprender el Rapport? Puedes practicarlo con alguien de confianza. Si ves que ha cruzado las piernas, crúzalas tú también. Sé consciente de tu cuerpo y de la posición del otro en una interacción social. Las respuestas no tardarán en llegarte.

#7 Aceptación del otro. Ésta me parece de las más difíciles. Y es que para conectar con el otro, como lo comentaba más arriba, es esencial que aceptemos totalmente a la persona que tenemos delante. Son cosas que no se dicen pero se sienten a un nivel inconsciente. Por ejemplo, si la persona a la que queremos venderle algo o un entrevistador nos cae mal, no nos gusta por alguna razón, o creemos que no le gustamos a esa persona (véase punto 2: baja autoestima), la conexión entre ambos será forzada y por tanto nuestra credibilidad será menor.

¿Que nos puede ayudar a crear esa atmósfera de aceptación? En realidad todo lo anterior: confianza, escucha activa, rapport, positividad (que no positivismo, ésta es una corriente filosófica de principios del S.XX) y la idea de que esa persona que tenemos delante tiene una grandeza dentro. Esto es algo que me está enseñando mi profesión de Coach y es maravilloso: todos somos grandes, todos tenemos algo maravilloso dentro y de mí dependerá que quiera y pueda descubrirlo en el otro.

Tuitéalo: “Para aceptar a otros, lo primero que debes hacer es aceptarte a ti mismo”

Lograr la aceptación no es fácil. En primer lugar el que debe aceptarse es uno mismo. Y aceptarse es aceptar mis virtudes pero también mis defectos. Dejar de juzgarme duramente, de criticarme, de hablarme de forma negativa por dentro. Mi consejo aquí vuelve a ser la palabra que mencioné anteriormente: ser consciente. Consciente de cómo me hablo, de cómo me veo por dentro. Pararse y observar. La meditación puede ser un perfecto aliado para este proceso de conciencia y observación mental.

Y ahora me gustaría que me contaras, ¿te ves reflejad@ en todos los puntos o al menos algunos de ellos? ¿Cuál es el que te falta o crees que necesitas reforzar? ¿Me lo cuentas en los comentarios? Y si este artículo te ha gustado o crees que puede ser útil para otras personas, ¿me harías el favor de compartirlo en las redes sociales?

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