La autoestima es un sentimiento que nos permite valorar nuestra forma de ser, quiénes somos y cómo actuamos. Implica respetarse a una misma y enseñar a los demás a hacerlo. Es esa percepción evaluativa que tenemos de nosotras mismas que hace que experimentemos la vida de una forma particular.
1. EVALÚA TUS CUALIDADES Y VALORES.
Conócete a ti misma, haz un balance de tu situación actual y evalúa tus propias cualidades y defectos. Cuando los identifiques, pon el acento en tus cualidades, en lo positivo que hay en ti y poténcialo. Detente a analizar tus logros y verás que son muchos. Utiliza como objetivo el logro en vez de la perfección. Considera los errores como oportunidades de aprendizaje y acepta que cometerás errores ya que forman parte del aprendizaje.
2. ACÉPTATE A TI MISMA COMO ERES.
La autoaceptación es el requisito previo al cambio. Aprende a aceptarte, aunque no significa necesariamente “gustarte”, sino aceptar la realidad, ser consciente de ella. Reconoce tus cualidades, defectos, sentimientos, pensamientos, valores y actitudes y modifica aquellos que te perjudiquen, siempre teniendo en cuenta que no somos perfectas, tenemos defectos y hay que aceptarlos porque así es como podemos rectificarlos. Acepta tu cuerpo y aprende a gustarte y a disfrutar de tu singularidad. Cuídate física y emocionalmente. Cuida tu salud, haz ejercicio y mejora tu alimentación. Reconoce y busca tus deseos y necesidades emocionales.
3. EVITA LAS COMPARACIONES.
No te compares con los demás. Cada persona es única y singular, tiene sus defectos y sus virtudes y nadie es mejor ni peor que tú. No busques la aprobación de los demás a costa de tu bienestar. Si quieres “dar”, hazlo porque sí, pero no para conseguir el cariño o la aprobación de la otra persona. Sé tú misma, es inútil buscar la aprobación de todo el mundo porque es imposible gustar a todos y en todo momento. Aprende a decir “no” y simplemente sigue tu propio camino y vive la vida con autenticidad.
4.- FÍJATE METAS SENCILLAS.
Piensa qué te gustaría conseguir y diseña un plan para hacerlo. Vive la vida desde la actividad y asumiendo la responsabilidad de tus actos, no esperes que otros hagan realidad tus sueños, tienes que ser tú misma la que vaya hacia ellos. Busca actividades que te den satisfacción e intenta cambiar aquello que no te guste, ponte metas sencillas y valora los logros que vayas alcanzando. Tú puedes.
5. PIENSA EN POSITIVO.
Controla los pensamientos irracionales, no seas destructiva y piensa en positivo. Vivir desde el optimismo nos ayuda a cambiar nuestra visión de la realidad y a relativizar lo que sucede a nuestro alrededor para estar más a gusto con nuestra vida. Podemos ser espectadores o actores de nuestra vida, la elección está en ti. El optimismo es una actitud de agradecimiento a la vida, de confianza y de aliciente para una misma.
6. RÍETE DE TI MISMA.
Aprende a reirte de ti misma, desarrolla tu sentido del humor. La risa es maravillosa para nuestra salud física y emocional. Vuelve a ser niña y descubre la libertad, la esperanza y la capacidad de disfrutar. Ríe y juega siempre que puedas.
7. VIVE EL PRESENTE.
Vive tu presente, relájate y disfruta con intensidad cada momento, valora los pequeños placeres y no te agobies continuamente con tus obligaciones. Centrarnos en el pasado nos genera culpa, resentimiento o autocompasión. Pensar constantemente en el futuro nos angustia y aumenta nuestra sensación de incapacidad. Ambos nos conducen a la inactividad y la pasividad. Vive desde tu libertad, se independiente, decide y actúa por ti misma.
Consigue alimentar la pasión por la vida, en definitiva ¡¡VIVE !! Esta vida es solo tuya, disfrútala ya que solo se vive una vez.
Recuerda, la vida es como un viaje que resultará según cómo lo hayamos diseñado, puede ser una aventura apasionante o una experiencia en un destino sin encanto. De las decisiones que tomemos, de cómo lo preparemos y nos dispongamos a afrontarlo, dependerá cómo nos vaya.
VIVIREMOS COMO HAYAMOS DECIDIDO VIVIR
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