7 mitos sexuales que no son ciertos

Publicado el 23 abril 2014 por Demoniatentacion
Mitos y creencias hay acerca de todo. También sobre sexo. Pero una cosa muy diferente es que esos conceptos e ideas sean ciertos. Boston Medical Group, red internacional de clínicas especializadas en el tratamiento de la disfunción eréctil y la eyaculación precoz, ha realizado un análisis de siete de los principales mitos que rodean al sexo para intentar aclararnos las ideas.
 Pero antes, ¿por qué se crean estos mitos? José Benítez, director médico de Boston Medical Group, cree que "hay una enorme falta de información acerca de una serie de aspectos relacionados con el sexo, desde el placer físico a la medicación aplicada para tratar patologías, pasando incluso por aspectos básicos relativos a la procreación". Por eso es importante, tanto para nuestro placer como para nuestra salud sexual, que desmintamos ciertas ideas preconcebidas.
  1. Ellos necesitan más sexo que nosotras.  ¿A que parece que tu chico estaría dispuesto a hacerlo las 24 horas del día, los 365 días del año? Pues no. Ellos, aunque no lo parezca, tienen fluctuaciones de la líbido, igual que nosotras. Y las causas de estas fluctuaciones se parecen también mucho a las nuestras, desde la dieta hasta la falta de sueño o el estrés. Como a nosotras, la falta de autoestima o que la relación no vaya bien en un determinado momento, también les afecta. Sin embargo, sí que tienen algunas diferencias con nosotras. A las mujeres también nos afectan factores adicionales como el ciclo menstrual, el uso de anticonceptivos hormonales así como factores ambientales y estigmas culturales
  2. Con la edad el sexo deja de ser importante. ¡Mentira! El sexo es parte de nuestra naturaleza y un aspecto muy importante de nuestra salud física y emocional, así como para el bienestar de adultos de todas las edades. La disminución de la libido, a pesar de lo que pensamos, no tiene por qué estar ligada al envejecimiento sino que está relacionada con otros factores como las deficiencias hormonales, los cambios en una relación, la rutina, la pérdida de la pareja, efectos secundarios de alguna medicación, etc.
  3. ¿El tamaño importa?. Aunque la mayoría de los hombres estén un poco obsesionados con el tamaño de su pene, y muchas mujeres tengan la creencia de que a más tamaño, más placer, este es otro falso mito. Y, en todo caso, si tuviera alguna importancia, sería más influyente en el placer femenino la circunferencia que la longitud. Por otro lado, los estudios demuestran que sólo el 25% de las mujeres alcanzan el orgasmo a través de la penetración, frente al 75% que lo hacen gracias al sexo oral. Una de las formas más eficaces para logar un orgasmo es el contacto con el clítoris y los tejidos vaginales, por lo que el tamaño no debe ser tan importante.
  4. La eyaculación precoz, sólo afecta a hombres jóvenes. La mayoría pensamos que se trata de un problema que se sufre durante el “florecimiento sexual” y que se controla con los años. Sin embargo, la eyaculación precoz afecta a un 30% de los hombres a lo largo de su vida y cuando se trata de una patología en mayores de 30 años, puede ser síntoma de otros problemas como disfunción eréctil, falta de acondicionamiento cardiovascular, depresión, ansiedad o síntomas de problemas neurológicos. En hombres más mayores puede ser un síntoma de problemas de próstata.
  5. El dolor de cabeza no es una excusa. El dolor de cabeza no es una excusa porque, en realidad, el sexo alivia dolores y molestias leves como este gracias a la oxitocina y las endorfinas liberadas durante el orgasmo.
  6. Algunos alimentos pueden excitarnos. Los afrodisíacos siempre han existido en el imaginario colectivo pero no hay una evidencia científica de que alimentos como el chocolate, las ostras o la canela sean eficaces en este sentido. Sin embargo, sí es cierto que un determinado alimento puede desencadenar una memoria erótica o deseo en nuestra mente, por lo que en cierto sentido, todos tenemos nuestros propios afrodisíacos.
  7. La famosa viagra. Muchos piensan que es el único tratamiento para la disfunción eréctil, pero a muchos no tiene por qué funcionarles. Este tipo de medicamento es sólo una solución temporal a un problema que puede tener otras causas subyacentes en nuestro organismo y que deben ser abordados por un médico cualificado.