El aniversario lo adscribo a la Guerra civil (GCE) por ser el evento histórico más relevante, aunque igual podría adscribirse a la sublevación de los militares, la revolución popular que siguió o cualquier otro de los acontecimientos que se produjeron en aquel principio del verano de 1936.
De los pasados setenta y cinco años he vivido el 90%, muchos de ellos con la Guerra civil sentada en la mesa del comedor, en el patio de mi escuela, en las calles de mi pueblo o los campos de batalla visitados. O en las páginas del centenar largo de libros, innumerables ensayos y artículos de prensa, docenas de películas y documentales e interminables conversaciones con protagonistas de aquella parte de la historia, que suficientemente me daría para escribir yo más de dos y más de tres libros si tuviese la habilidad y las ganas, ambas escasas ya.
Pero si, al menos, para escribir esta entrada de blog conmemorativa y con ello “echar mi cuarto a espadas”(1) , castiza expresión que bien pudiese cuadrar con un evento bélico como la GCE y que tomé en costumbre un tiempo en una lista de discusión de la red local Tinet.
La compleja situación sociopolítica de la España de los años 30 y, por extensión, la propia Europa, no permite una explicación breve, pero la propia guerra, desde aquí, fue la consecuencia de una sublevación armada de unos militares encastillados en ideas del siglo anterior, que despreciaban el orden democrático establecido principalmente por intereses personales y corporativos, azuzados por las fuerzas reaccionarias que no eran capaces, cinco años después, de digerir la República.
La sublevación contenía los elementos genocidas de que la solución a los problemas pasaba por matar gente, a lo que se aplicaron con prontitud y eficacia.
Lo demás es, evidentemente, historia.
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1 DRAE “echar alguien su cuarto a espadas”. 1. loc. verb. coloq. Tomar parte oficiosamente en la conversación de otros.