8 claves para entender el 'efecto' Podemos

Publicado el 22 octubre 2014 por Fthin @fthin

Parece evidente que la aparición de PODEMOS en el espectro partidista ha supuesto un impacto sin precedentes conocido hasta la fecha en la historia de nuestra democracia. Más allá de los 5 escaños obtenidos en las últimas elecciones europeas del pasado mayo, la irrupción de esta nueva formación política está suponiendo cambios en el ámbito de los partidos políticos en España, en la manera de entender la política y en el papel de los ciudadanos en el ejercicio de la misma. Eso parece innegable.

Pero, ¿cuáles son las claves de ese impacto? ¿Cómo es posible ese crecimiento exponencial un periodo tan corto de tiempo? ¿Cómo lo han hecho? A continuación enumero algunas de cuestiones que considero de importancia en la expansión y explosión política y social de este fenómeno de masas en el que se ha convertido Podemos.

El voto del desencanto. Parece evidente que Podemos no puede entenderse sin la situación de crisis económica, política, social y de corrupción que vive España en la actualidad. Es muy difícil cuestionar esta premisa, si no se dieran esas circunstancias es muy complicado que un partido de sus características hubiera sido capaz de aglutinar esa fuerza en número de votos con esa rapidez. Pero, ¿por qué Podemos ha sido capaz de canalizar esa indignación y no otros partidos políticos? De hecho, ya existían partidos  denominados transversales, fuera de la lógica bipartidista, que, a pesar de que han incrementado su apoyo electoral, están lejos del interés generado en Podemos. La clave está en que esa desafección propia de los periodos de crisis, en los que el ciudadano se ve alejado de la política y desconfía de los principios de la misma,  han sido capaces de transformarla, apoyados en los movimientos sociales precedentes de los que en gran medida son consecuencia, en una fuerza de participación reactiva de la ciudadanía. Ciudadanía que exige cambios del sistema democrático y una nueva forma de hacer política, lejos de los parámetros actuales.

No obstante, y a pesar de su importancia, pensar que el efecto Podemos es única y exclusivamente consecuencia de la crisis y el desencanto es realizar un análisis simplista y erróneo de la realidad política, electoral y social de España.

Cambio del marco político. Podemos ha cambiado el marco en el que se situaba la política en nuestro país. El frame que dicen los especialistas, son estructuras mentales que definen nuestro modo de ver el mundo. En este caso, no es otra cosa que el espacio en que se definen las normas, los contenidos y la actividad política de los partidos. En España había un marco común que compartían los dos grandes partidos y del que rara vez se salían o llegaban a los límites del mismo, ya que asumían el juego que tenía como resultado un turno de partidos que les beneficiaba. Quizás este sea una de las claves más determinantes del cambio político producido por Podemos, siendo además producto de una estrategia, diseñada y planificada de manera ejemplar.

Decía que han cambiado el marco. Han sabido interpretar que la ciudadanía quiere otra forma de hacer política y ellos han propuesto un escenario acorde a esa nueva situación fuera del marco partidista, ideológico y discursivo. Han descrito un nuevo juego en el que existen el nosotros y el ellos. Podemos ha cambiado y definido unas nuevas reglas en la que ellos (que están acostumbrados a jugar con unas reglas y de una manera determinada) vayan desde el comienzo a remolque de nosotros (que desde el principio jugamos con nuestras reglas). Han ganado la iniciativa política y eso determina el discurso y el debate que surge a continuación.

Así, nos hablan de nueva política para definir su manera de actuar como contraposición a lo viejo, lo antiguo que representan ellos, los otros.

En esta nueva política los esquemas tradicionales no valen y el esquema ideológico anterior deja de tener sentido. De esta manera se definen como que no son ni de izquierdas ni derechas, cosa que también hacen UPyD o Ciudadanos. No obstante, estos partidos cuando dicen que no son de izquierdas ni de derechas lo que están diciendo realmente es que para según qué cosas serán de derechas y para otras de izquierdas, están asumiendo por tanto el esquema ideológico tradicional. Podemos, por el contrario,  propone un nuevo posicionamiento ideológico. Afirman que no son de izquierdas ni de derechas pero no que aplicarán medidas de izquierdas o de derechas para diferentes cosas, sino que son algo distinto a esto, añadiendo como elemento diferenciador y definidor de su posicionamiento que sus propuestas son de sentido común. Es decir, no se trata de izquierda o derecha sino de lo razonable. Con este elemento, rompen la escala ideológica unidimensional de toda la vida de izquierda y derecha  y lo transforman en un plano tridimensional para el que ellos reclaman el centro. Efectivamente en este nuevo tablero ideológico en tres dimensiones (que sustituye a la escala plana y obsoleta) no hay nada más centrado que el uso del sentido común y lo razonable, lo que deja al resto de partidos fuera de esos parámetros, en los extremos de cada parte del tablero. Si lo mío es sentido común por consiguiente, lo vuestro no lo es. Esto ha descolocado a las formaciones políticas actuales, fundamentalmente al bipartito de PP y PSOE, que se encuentran por primera vez en nuestra reciente democracia fuera de la centralidad del sistema de partidos.

Una vez asumido su papel protagónico y eje central como actor político Podemos también ha cambiado las claves en las que transcurre el discurso político actual. Su argumentario se basa en conceptos fuertes y agresivos que entroncan con un discurso elaborado y accesible pero que utiliza términos absolutamente distintos a lo anterior. Quieren que esa diferencia sea obvia, porque crean un marco nuevo que ellos definen y que, por otro lado, les otorga originalidad e iniciativa. Por ejemplo, cada vez que dicen casta, uno de los conceptos emblemas de su discurso, están creando un enmarcado nuevo donde no se desenvuelven precisamente con naturalidad los grandes partidos, que pasan a deambular por espacios que no habían explorados anteriormente. Además, al verse obligados negar constantemente las nuevas premisas para justificarse, en este caso que no son casta, lo que están haciendo es asumir el enmarcado de Podemos. Desde ese momento ya están jugando a lo que ellos proponen, con sus reglas. Siguiendo la idea de Lakoff en “No pienses en un elefante”, la consecuencia es que cada vez que afirman que no son casta la gente más cree que lo son. En este ámbito, los partidos tradicionales vuelven a ir con el pie cambiado, se encuentran desbordados y bailan al son de la música de Podemos.

Construcción de marca: Una vez se ha construido un nuevo escenario ideológico y discursivo han sabido conectar los elementos más atractivos de los mismos con la idea de Partido. Así cuando se piensa en Podemos se piensa en nueva política, círculos y participación, justicia, lucha contra la casta y la corrupción, alternativa real, sentido común, juventud, ilusión…y un largo etcétera de conceptos que han construido alrededor de la marca Podemos que la constituye como valor al alza. Especialmente interesante es el uso que hacen de la misma y como son capaces de hacer de un hándicap una virtud en el terreno electoral. Me refiero a la no participación en las elecciones municipales. Para preservar la marca Podemos de cara a las próximas generales, que es su objetivo real, (evitar la entrada de arribistas y posibles sujetos incontrolados, que hubiera un batacazo electoral que disminuyera la ilusión ascendente,…) hablan de participar en este proceso mediante plataformas ciudadanas, de tal manera que si ganan estas iniciativas gana Podemos pero si pierden ellos no se han presentado, dejando intacta la ilusión para la cita de ámbito estatal. Pero, además, en su discurso dicen que actúan así porque esta es la forma de hacer nueva política, una estrategia brillante que asimismo indica a los ciudadanos que existen alternativas distintitas de actuar en el campo electoral a las conocidas tradicionalmente, volviendo a dejar fuera a los partidos políticos existentes.

Pedagogía política. Una de las estrategias en las que marca la diferencia Podemos del resto de partidos es que realizan pedagogía política. Los partidos actuales ni se plantean realizarla, aunque lo prediquen, porque en su forma de hacer política no es necesaria la existencia de un ciudadano activo y concienciado sino un cuerpo de votantes sin más. En Podemos el papel activo del ciudadano es fundamental en su estrategia. Ante esta necesidad han sido capaces de explicar problemas complejos de forma sencilla, simplificando la realidad para que sea entendible por cualquier persona con independencia de situación cultural o socioeconómica. Esa simplificación no quita un ápice de carga de profundidad en su análisis y propuestas, al contrario su discurso no sólo es asumible por cualquiera sino que también es clarificador y explicativo. Decían en un programa de tv que los miembros de Podemos han sido los mejores en fotografíar la realidad social, política y económica de la España actual  a lo que se debe añadir que han sido los que mejor han sabido explicarla. Esta pedagogía va dirigida en dos direcciones: por un lado, que el discurso llegue al mayor número de personas posible de forma clara y entendible, premisa previa para que lo hagan propio, y, por otro, pretende la involucración de los ciudadanos activamente en política, porque  un ciudadano informado, que entiende la realidad que le rodea, es un ciudadano activo y participativo.

Nuevo papel del ciudadano. Decía en el punto anterior que para que el mensaje llegue es fundamental explicarlo bien. Esa premisa es necesaria para que el nuevo papel que se otorga a la ciudadanía sea posible. Hasta ahora  el papel que se otorgaba a los ciudadanos era que votaban cada cuatro años y debían desentenderse de la política. Podemos va más allá. Pretende que el  ciudadano tome conciencia y sea el centro de la acción política, que deje de ser un sujeto pasivo para transformarse en un actor participativo de esta nueva política que sugieren. Hay que dejar de tratar al ciudadano como un menor y hacerlo como un adulto han dicho en muchas ocasiones. Dotan de esta manera de una nueva dimensión política a la ciudadanía que la hace partícipe de las acciones que se desarrollen. Lo que conlleva, además de la participación y capacidad de exigir, una corresponsabilidad en las decisiones. Se trata del empoderamiento ciudadano del que tanto hablan.

Uso de la Comunicación Política. Todo lo explicado hasta ahora está muy bien pero no sirve de nada sin una buena estrategia de comunicación. Y en esto lo han bordado. Han sabido aprovechar los elementos del sistema para hacer llegar su mensaje al mayor número de personas posibles. Y ¿cuál es el medio de comunicación de masas por excelencia? La televisión. Decía Galeano que “nada ocurre si la televisión no lo muestra” así que el primer objetivo es poder acceder a los programas de máxima audiencia y desde allí comunicar su discurso. Beneficiándose de las manifiestas habilidades comunicativas, el carisma, la telegenia e inmensa popularidad de Pablo Iglesias han sido capaces de hacerse un hueco en las principales parrillas televisivas de las que ahora son miembros imprescindibles.

Debe subrayarse igualmente el uso realizado de las redes sociales. Cada vez hay más partidos y políticos que utilizan las redes sociales como instrumento de su actividad política habitual y Podemos no sólo lo ha hecho sino que lo hace de forma constante y bajo un modelo propio. Mientras que los representantes de los partidos tradicionales sólo utilizan este medio para realizar difusión de lo que hacen, de forma publicitaria, propagandista y unidireccional, Podemos ha aplicado el principio dospuntocerista de la interacción y recoger el feedback de los ciudadanos. No sólo de trata de predicar, al contrario, se trata de debatir y, sobre todo, poner la oreja y escuchar a los ciudadanos. Esta estrategia ha sido realizada de manera natural y sin encorsetamientos, porque los miembros de Podemos son ciudadanos que ya interactuaban en la redes previamente a su condición de representantes políticos. Cuando vemos, por ejemplo, el twitter de cualquier político primera espada del PSOE o PP aparece la coletilla de “twitter personal de tal y mi equipo” mientras que el de los lideres de Podemos lo llevan personalmente como han hecho desde antes de pertenecer al partido. En los twitter de los candidatos a las elecciones europeas hemos visto como incrementaban su actividad en la red durante el periodo electoral y, una vez  finalizado, bajaba exponencialmente su actividad o bien directamente dejaban de actuar. Esto no es así en el caso de los miembros de Podemos, que exprimen todo el potencial de las redes sociales simplemente por el mero hecho de ser parte de las mismas.

Subrayar por último, además del uso de las RRSS,  la utilización otros medios de Democracia 2.0 que profundiza en la participación ciudadana como su página web y el sistema de votaciones, plaza podemos o instrumentos de transparencia y rendición de cuentas como la publicación de sus cuentas de gastos e ingresos.

Roles y equipo. Afirmar que todo este armazón no sería posible si no existieran personas idóneas que lo llevaran a cabo es algo que se da por sobreentendido. En este sentido, el reparto de roles y la actividad de los principales representantes de Podemos ha sido perfectamente diseñada. No se puede olvidar que hablamos de politólogos, profesores universitarios que son científicos sociales y que nada de lo que ocurre alrededor de Podemos es azaroso. Por un lado, el líder mediático y carismático, gran comunicador, con cara y discurso amable (Pablo Iglesias); le sigue el ideólogo, visionario del proyecto, la cabeza pensante con gran personalidad y que hace las veces de poli malo (JC Monedero); acompañado del estratega de la comunicación y electoral con apariencia afable (Iñigo Errejón); y este triunvirato aparece rodeado de unos magníficos secundarios como son Carolina Bescansa y Luis Alegre. Todo ello obviando sin mencionar la valía política del sector disidente de Pablo Echenique y Teresa Rodríguez. Difícilmente podrían encontrarse en la actualidad a un equipo de personas de su nivel intelectual y político dentro de cualquiera de las formaciones políticas del sistema de partidos en España. Prueben a buscar 5 políticos de primera línea en el PP, PSOE,IU…y hagan la comparación.

Ilusión. Por primera vez aparece como real una alternativa que propone algo diferente a lo establecido. Se asume que nada puede ser peor de lo que existe actualmente. La gente está cansada de políticos corruptos, tarjetas Black de Bankia, EREs, indultos a amigos en una justicia a medida de los poderosos, recortes de servicios, cajas b de partidos, cuentas de ricos en suiza, que los bancos desahucien a la gente…y que siempre paguen los mismos: el pueblo. Por nuestra naturaleza necesitamos creer en algo y la alternativa que propone Podemos ha conseguido, en torno a esa situación de desencanto, articular un proyecto que ilusiona a la gente. Los ciudadanos no quieren seguir como hasta ahora, ven a los partidos políticos como instrumentos de los poderosos que sólo ofrecen más de lo mismo. Frente a eso Podemos ofrece el irresistible encanto de la posibilidad de cambio. Necesitamos novedades en nuestra vida y Podemos propone algo nuevo en la política española, distinto y singular.

Y, como se ha visto, de eso no cabe duda.