Itzel Navidad
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la UNESCO, el Día Internacional de la Mujer se celebra para conmemorar la lucha y los éxitos de las mujeres.
Las luchas de las mujeres han sido muchas, demasiadas diría yo, así de repente se me ocurre la lucha por la igualdad de género, la lucha por conseguir el voto o hasta la lucha por conseguir que la violencia contra la mujer termine de una vez por todas. Una lucha más frívola, pero no menos importante, la lucha contra la ley de la gravedad, batalla perdida es cierto, pero al menos lo intentamos. El 8 de Marzo es un día para reconocer a todas y cada una de las mujeres, es un día para apoyar de alguna manera todas esas batallas que las mujeres están peleando, pero hoy quiero hablar de una sola batalla, voy a hablar de esa guerra que nadie quiere pelear, la batalla por la vida en contra del temible enemigo al que llamamos Cáncer.“No sé si sea una guerrera. Veo que a todas las mujeres que se enfrentan no sólo a esta enfermedad, sino a momentos muy difíciles de su vida, se les llama así. Creo que finalmente todas somos guerreras, no sólo quien se enfrenta al cáncer, sino el simple hecho de enfrentarte a la vida desde tu condición de ser mujer.”La batalla es larga y pesada, Itzel lo sabe; reconoce sus miedos, tiene días oscuros en donde piensa que la vida se le va de las manos, reconoce que ha aprendido a conocerse y a amarse. Tiene el apoyo de su familia y sus amigos, su profesión le ha ayudado a entender el proceso, aunque por el momento no pueda ejercerla. Hace unas semanas decidió realizarse una sesión fotográfica, tuvo la opción de hacerla cuando todavía tenía su cabello, pero en último momento cambió de opinión. La belleza que proyecta en las fotografías es impactante, no por la ausencia de su melena, sino porque en ellas hay mucha sensualidad, hay un reflejo de su alegría y hasta un aire de serenidad. Al preguntarle si se está aferrando a su belleza, ella contesta inmediatamente que sí. Que ahora se preocupa más por su apariencia que antes, su arreglo personal requiere más de su tiempo y de su atención.
“Creo que es una manera de mostrarme a mí que estoy bien y por ende a los demás. Es curioso, si quieren visitarme en mi casa no permito que me vean mal. Antes no era así.”Esta actitud no es exclusiva de Itzel, muchas mujeres se mantienen en pie no solamente por ellas, sino por las personas que las rodean, en medio de esa lucha por la vida, todavía tienen alma y coraje para pensar en los demás. Ignoro si esto es bueno o malo para ellas, tal vez pueda ser una carga que no necesitan en momentos así, “la recuperación es egoísta” dicen por ahí, pero hay quien no puede circular por la vida con esa bandera. Si ustedes en este momento se están preguntando ¿por qué puedo hablar con tanta seguridad de esto? Les diré que es porque he tenido la suerte de conocer muchas mujeres así, las he atendido por mucho tiempo durante sus tratamientos de radioterapia, prácticamente todas al levantarse de la camilla de tratamiento suspiran; con un suspiro profundo agradecen los 15 o 20 minutos de descanso que resultó el tratamiento diario en su apretada lista de actividades. Salen corriendo para recoger niños en la escuela, para terminar de hacer la comida para el marido, para volver a la oficina porque tienen mucho trabajo pendiente. ¿De dónde sacan fuerza y vitalidad para todo eso? No lo sé. Sé que se derrumban de repente, que quieren mandar todo al carajo y rendirse, sé que el traje de “guerrera” es pesado y malagradecido en ocasiones, pero ellas se las ingenian para volverse a poner de pie y seguir luchando.
“Me he llenado de fortaleza, de ímpetu, ni yo misma sabía que tenía tanta fuerza para enfrentarlo. Ahora sé que cáncer no significa muerte, ahora sé que significará, al final, más cosas buenas, que malas”.Hoy Itzel le habla al cáncer como un amigo, porque llegó para enseñarle y para ayudarla a reencontrarse con ella misma. Para hacerle notar que lo demás es accesorio y puede o no estar. Hoy ese amigo le recuerda que debe quererse todos los días sin importar si el aprecio externo era sólo un espejismo. Itzel dice que no está peleando, se está curando. Hoy ya no es la misma que hace unos meses, hoy es la reconstrucción de sí misma.Esta nota es para ti Itzel, no es de ninguna manera un regalo, es una manera de llevar tu voz a más mujeres que como tú se están encontrando a sí mismas a través de este proceso. A ti y a todas ellas nuestra admiración y cariño.
Fotografías: Guido Reyes Félix