8 de marzo: palabras y silencios

Publicado el 03 marzo 2013 por Daniela @lasdiosas
A lo largo de la vida he detectado muchos grupos de personas y hoy quiero centrarme básicamente en dos de esos grupos: Quienes usan la palabra para asustarnos u ofendernos y por tanto hemos de protegernos de esas personas. Y, el segundo grupo es el formado por aquellas personas de quienes han de asustarnos sus silencios, no sus palabras. Muchas personas de mi entorno e incluso yo misma formamos parte de este segundo. Un grupo que utilizamos los silencios para dar a entender algunas situaciones, disgustos, etc. y preferimos el silencio para marcar distancias u hacer notar malestar e incluso desprecios en el peor de los casos. 
Evidentemente en este segundo grupo no se encuentra el parlamentario de UPyD Toni Cantó que esta semana y, a través de su cuenta en Twitter se lució al poner en tela de juicio y cuestionar la violencia de género que padecemos las mujeres. Este hecho se agrava cuando este diputado es, además, el portavoz en la Comisión de Igualdad del Congreso. Todo un ejemplo de lo que hacen algunas personas que ostentan responsabilidades de representación de la ciudadanía en las instituciones. 
Más de cuarenta asociaciones de mujeres y feministas pidieron su dimisión y el susodicho se limitó a decir que había cometido una equivocación y que se lamentaba por ello, pero de dimitir nada de nada. Incluso su jefa de filas, la otrora luchadora contra el terrorismo de ETA, Rosa Díez justificó que había sido un error y que ya había pedido disculpas y por tanto no cabía la dimisión. 
No voy a negar que la rabia que sentí fue monumental. El hecho de que a las mujeres que se les siga cuestionando su palabra es muy grave, puesto que al ponerla en duda e incluso silenciarlas, se permite dudar de todo el fenómeno que es muy incómodo a nivel social. 
Y, al mismo tiempo, se permite silenciar y mantener el origen de este tipo de terrorismo machista: la desigualdad real entre mujeres y hombres en todos los ámbitos y niveles. 
Pero además, lo que hizo el ciudadano Cantó fue más grave, puesto que al legitimar con sus palabras de “señor parlamentario” el mito de las falsas denuncias por violencia machista, además de demostrar muy poca solvencia informativa, ya que ese mito está más que desmontado por los datos que ofrece el propio Consejo General del Poder Judicial, victimizó de nuevo a las víctimas, a todas ellas, pues las colocó a todas bajo la sospecha de unas denuncias interesadas. Esto que usted hizo diputado Cantó, se llama violencia simbólica u estructural de género. Y ¿Sabe por qué? Porque a través de las estructuras de poder en las que usted sabrá porqué está metido (puesto que de política ha demostrado conocer mas bien poco), ha vuelto a agredir a todas las mujeres al cuestionar su verdad. Pero sobre todo ha agredido a las mujeres víctimas del terrorismo machista que asesina, mutila, silencia y destruye a millones de mujeres en el mundo a cientos de miles en este estado español del que usted es representante electo. 
Y me vienen a la mente algunas preguntas que hacerle a este diputado. Por ejemplo ¿Qué pensaría si alguien cuestionara todas las denuncias por amenazas de ETA que han sufrido miles de personas en los territorios vasco y navarro? ¿O que alguien considerara esas denuncias falsas y/o interesadas? Otra pregunta, ¿Se imagina diputado Cantó cómo reaccionarían las asociaciones de víctimas de los terrorismos políticos de este país si ante cualquier amenaza terrorista escucharan de su voz o leyeran en su cuenta de Twitter que se reciben no sé cuántos miles de euros por cada denuncia presentada y que por tanto es normal que todas ellas se acepten? O ¿Cómo se sentirían las familias de las víctimas de ETA o del terrorismo islámico que esas denuncias falsas tenían detrás un interés sólo económico? 
Pues lo mismo. El terrorismo machista ha matado en los últimos veinte años mucho más que el terrorismo de ETA, pero sigue habiendo demasiados reparos en llamarlo por su nombre: terrorismo machista. 
Y ¿Saben por qué? Porque si se normalizara esta expresión sería como aceptar que el machismo que sigue imperando en nuestras sociedades nos mata a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. 
Porque si se le llamara por su nombre, el terrorismo machista habría de dar demasiadas compensaciones a las víctimas que, al fin y al cabo son mujeres. 
Porque si se aceptara que el terrorismo machista mata más que el político habría que replantearse el modelo de sociedad en el que vivimos y seguramente los hombres habrían de renunciar a demasiados privilegios históricos a los que, en demasiados casos, ni los que van de progresistas por la vida, estarían dispuestos a renunciar. Aunque quiero romper una lanza a favor de los que cada día se suman a la lucha por la igualdad real y no sólo formal entre mujeres y hombres. Y entre ellos, evidentemente no se encuentra usted, diputado Cantó, ni tampoco su jefa de filas, la diputada Díez que le encubre y le respalda, siendo por tanto con su actitud cómplice suya en este estadío de violencia simbólica contra las mujeres que usted ha protagonizado. 
Porque si nombráramos correctamente este tipo de violencia que se ejerce contra las mujeres y lo llamáramos terrorismo machista que es de lo que se trata en realidad, estaríamos cuestionando las bases simbólicas y perennes de las sociedades androcéntricas en las que vivimos y atentando contra el orden establecido por quienes gobiernan de forma abierta o encubierta, como las religiones monoteístas en las cuales se ha ido satanizando la figura de las mujeres a lo largo de la historia y a través de sus libros sagrados con el único objetivo de la dominación y la excusa para poderlas seguir haciendo culpables de todos los males y, por tanto, poderlas golpear, violar, silenciar y matar además de cuestionar siempre su voz al deslegitimar nuestras verdades y nuestros hechos, siempre subordinados a la voluntad del “pater familias”. 
Con la aparición de especímenes como usted diputado Cantó, que es uno de los mejores representantes masculinos del neomachismo y de su jefa de filas la diputada Díez que le exculpa de todo y que también ejerce de perfecta neomachista, las mujeres nos encontramos con falsos aliados quienes, a través de su verborrea fácil (por eso están en política) pretenden “cambiar algo para que nada cambie” y de ese modo mantener el orden establecido de las desigualdades pero dando una vuelta mas de tuerca: reivindicar la pretendida discriminación masculina por esos cambios que en aras de la igualdad real se han introducido en nuestra legislación. Y eso es una falacia de la que son perfectamente conscientes todos ustedes los neomachistas. 
La próxima semana conmemoraremos el ocho de marzo. Día Internacional de las Mujeres. Seguramente usted o alguno de sus secuaces saldrá con el discurso que de ya no es necesario conmemorar este día o de que se tendría que conmemorar en otra fecha el Día Internacional de los Hombres. Y se quedará tan ancho puesto que, como siempre, se habrá quedado en las simples formas y sin haber hecho gala de haber trabajado en una comisión a la que pertenece en la cual, si estuviera a la altura moral que se le debería presuponer, se deben manejar datos muy actualizados sobre las desigualdades todavía existentes entre mujeres y hombres. Pero seguramente para usted y como ha demostrado, esos datos carecen de valor real y lo único que interesa es continuar deslegitimando la lucha y la voz de cientos de miles de mujeres que incluso han perdido su vida para conseguir sociedades mas igualitarias. 
Si fuera realmente consciente de su papel tendría un acto de humildad personal y de ética política y dejaría su escaño, pero supongo que es demasiado pedir para alguien que ha demostrado su catadura moral. 
Por eso es necesario conmemorar cada año el ocho de marzo, diputado Cantó, porque sus correligionarios machistas y neomachistas pretenden ahogar los logros conseguidos a lo largo de cientos de años por mujeres luchadoras que no se han rendido y han apostado y apostamos por dejar un mundo más igualitario que el que nos encontramos nosotras. 
Porque le pese a quien le pese (y a usted se le nota escocido por el tema) la mayor revolución incruenta de la historia y que todavía no ha acabado es la que protagonizamos las mujeres junto con algunos hombres que siendo conscientes de las desigualdades, nos acompañan en este largo camino. 
El ocho de marzo es el Día Internacional de las Mujeres y ni usted ni nadie conseguirá callar nuestras voces demandando un mundo más igualitario y más solidario entre todas las personas. Porque nuestras voces no se cuestionan y porque somos más de la mitad de la población y tenemos derechos a los que no vamos a renunciar. Ni tampoco vamos a permitir que gente como usted nos intimide. 
Las mujeres asesinadas por el terrorismo machista que usted cuestiona, se lo merecen. Se merecen que le respondamos a usted y a quienes opinan como usted que no dicen la verdad y que quienes mienten y agreden son ustedes con el objetivo de mantener sus privilegios. Y eso, diputado Cantó, se está acabando. 
Espero y deseo no encontrarle en ninguna manifestación del ocho de marzo, puesto que su maltrecho crédito político podría resentirse definitivamente. Nosotras nos merecemos conmemorar este día con quienes nos acompañan, no con quienes nos acusan y usted nos ha maltratado a todas. 
Por eso, este año para conmemorar el ocho de marzo he decidido saltarme la regla de demostrar desprecio con mi silencio y utilizar las palabras para reivindicar un ocho de marzo contundente en las reivindicaciones de igualdad en todos los ámbitos: laboral, social, sanitario, doméstico, cultural, formativo, en las escuelas e institutos, personal, familiar, sindical, político, etc. y hacer escuchar la voz de las nueve mujeres asesinadas en lo que llevamos de año y de las mil doscientas quince asesinadas por terrorismo machista en los últimos diecisiete años. 
Por eso es necesaria una militancia férrea contra las desigualdades y en esa militancia y por sus palabras y sus silencios a la hora de demostrar dignidad política y humana y dimitir, sabemos que no contamos con usted diputado Cantó ni con sus correligionarios que acallan y justifican los asesinatos de mujeres. 
Desde luego usted ha desperdiciado una magnífica oportunidad para callarse. Las mujeres, ahora, les conocemos un poco mejor tanto a usted como a quienes le amparan, protegen y justifican. 
Por Teresa Mollá Castells tmolla@teremolla.net La Ciudad de las Diosas