Para empezar deciros que lo vamos a presentar como el viaje de Escocia, en formato diario, a pesar de que en Nueva York íbamos y veníamos, pasábamos más de una vez por la misma zona y en algunos momentos será un poco caótico intentar seguir nuestros pasos día a día.
Dibujaremos la ciudad de Nueva York, principalmente Manhattan, tal y como nuestros ojos la vieron y vivieron. Pero también queremos advertiros que nuestro viaje se quedó incompleto (¿cómo no en un sitio asi?), que a pesar de estar 8 días y pico allí, nos dejamos muchísimas cosas pendientes, como una excursión por el Bronx que al final no contratamos, o un paseo más largo por Brooklyn, o subir a la Estatua de la Libertad que estaba cerrada, pasear más a fondo por Central Park, visitar el interior del Metropolitan, Chelsea y, bueno, lo diremos… ¿Conocéis a alguien que haya ido a Nueva York y no haya visto el Flatiron? Ahora ya sí… ¡Nosotros! Increíble ¿no? Id al Flatiron y vengad nuestro desastre.. que nosotros solo lo vimos desde las alturas.
¿Por qué Nueva York?
La verdad es que a mi la idea de ir a Nueva York inicialmente no me hacía perder el sentido. “El que no escribe” tenía muchas ganas, pero yo, desde la distancia, no lo veía con esa emoción, aunque algo había. Todo cambió cuando llegué, desde el minuto uno ¡Es genial! Este viaje del que os vamos a hablar para nosotros fue increíble.
Nueva York es el típico destino que al final acaba estando en la cabeza de casi todos, con más o menos ganas, o más o menos pasión , a casi todos se nos pasa por a cabeza viajar allí.
Nueva York es gente, color, ruido. Es el anonimato en la multitud, los edificios gigantes, el transporte ruidoso. Es la vida multirracial, multicultural… Riqueza y pobreza, jazz… Es como ser liliputiense y viajar al país de los gigantes. Contrastes aquí y allí.
Por supuesto Nueva York es ficción en una realidad. Son películas antiguas, modernas, de la infancia. Comedias románticas absurdas que acompañaron muchas de tus siestas, thriller policiacos, un escenario de fantasía que tiene vida propia.
Preparación ¿Con cuánta antelación?
En este caso no hubo mucha preparación previa, por diversas causas no elegimos el destino y la fecha del viaje hasta pocos días antes, y de forma casi milagrosa encontramos un vuelo a precio ganga… (teniendo en cuenta lo que cuesta viajar a EEUU). Por lo tanto, en general todo fue un poco precipitado. Cabe decir que lo suyo, si teneis en mente este viaje, es mirar con bastante antelación para conseguir precios competitivos, lo nuestro fue suerte.
Para situaros, nos trasladamos allí a mediados de octubre, la disculpa era “nuestra luna de miel”, pero podría haber sido cualquier otra… Optamos por pernoctar 8 noches. Descartamos viajar a ningún otro lugar ni hacer combinados, nos apetecía visitar la ciudad, pasearla y dedicarnos exclusivamente a ella. Y así fue.
Internet y una “gran muy mejor amiga” fueron nuestros consejeros rápidos de qué visitar y orientarnos un poco cómo empezar.
¿Qué necesitas para viajar a Nueva York?
*El pasaporte. Es obvio, lo sabemos, pero los nuestros, por ejemplo, no estaban operativos. Así que primero un vistacito al documento, que luego vienen las listas de espera y prisas. Pasaporte en regla y fotocopia, nosotros la llevamos para movernos con ella durante el día por la ciudad, no fuéramos a tener algún percance y perdieramos los originales.
*Autorización previa Electrónica de Viaje, o también llamado ESTA. Sin este documento no podréis viajar, así que tenéis que solicitarlo por internet en esta página que os dejamos, por supuesto previo pago de su importe con tarjeta VISA. Aunque tenéis hasta 72 horas antes de la salida del vuelo para solicitarlo, nosotros no lo apuraríamos tanto, que si lo niegan o no contestan… ¡adiós viaje!
Suele concederse en el acto o como mucho, que sepamos, se puede alargar hasta 48 horas. En nuestro caso fue en el acto. Este documento tendrá una validez de dos años sin necesidad de renovación. El ESTA no lo podéis sacar hasta tener los pasaportes en regla ya que os van a pedir datos referentes a ellos.
Si alguno de los que va a viajar no es español tiene que comprobar si para su nacionalidad EEUU solicita visado, en el caso de España con el pasaporte es suficiente (y el ESTA).
*Seguro médico para vuestra estancia en Nueva York. Ya sabéis, salimos de UE y allí cualquier mínimo inconveniente, indisposición o caída os puede ocasionar serios daños económicos. Así que, puestos a hacer un presupuesto considerable para este viaje, nosotros sumaríamos una cantidad para seguro médico, que dónde hay tranquilidad hay felicidad. Lo contratamos con Columbus direct, seguro de viaje temporal , os darán varias opciones de coberturas para elegir. En cuanto a cómo funciona, por suerte, nuestro viaje transcurrió con normalidad y no tuvimos que hacer uso de él. Así que lo que recomendamos es que os hagáis un seguro que cubra gastos médicos, la compañía a vuestra elección, solo dejamos la nuestra como información por si os pudiera ayudar.
Alojamiento: Hotel Pennsylvania que, como su propio nombre parece querer dar a entender, es el “Hotel del Terror”… Al escribir esto no puedo evitar que se me escape una sonrisa. Sonrisa ahora que lo miro con perspectiva porque el día de llegada casi hiperventilo.
Este hotel está muy bien situado, enfrente del Madison Square Garden, en todo el meollo de Manhattan, a mano de casi cualquiera de las atracciones más sonadas de Nueva York. Cuando llegas a su puerta te das cuenta que esa entrada la has visto en la tele, en las pelis, en el telediario, por suerte nadie se ha molestado en grabar el interior, aunque habría sido un filón para Stanley Kubrick o una buena inspiración para Stephen King…
Es un hotel de pasillos infinitos enmoquetados, oscuros, antiguo, enorme. Un hotel que nunca duerme (viendo las habitaciones es normal que la gente esté en el hall) y en el que siempre hay gente.
Una vez que entras en sus habitaciones, cuyo precio supera con creces a cualquier precio razonable que pase por tu cabeza para tal lugar, te preguntas por qué va tanta gente, y te preguntas por qué he venido yo. Hay habitaciones horribles y otras algo mejor.
Nuestra primera habitación era un paso a Cuarto Milenio, faltaba Iker Jimenez abriéndonos la puerta; detalle de cortesía de la casa, la vida animal que encontramos que salió corriendo de una cama a otra. También había vida vegetal, que parecía crecer de los techos llenos de humedad, el esmalte del baño estaba carcomido, no se podía respirar de olor a humedad… Una especie de paranoia que no sabes si es fruto del jet lag o una realidad. Tras la oportuna queja en recepción por el animalito de medio kilo no identificado que descubrimos en el cuarto, nos cambiaron a otro dormitorio muchísimo mejor (lo cuál no implica que fuera bueno, pero tampoco era fatal). Cama y textiles muy cómodos, tele muy grande (como todo allí) y baño muy desactualizado y descuidado.
Como resumen, mirad otro hotel si podéis y, si tenéis que ir a ese, por precio, porque os encaje, porque os apetezca vivir emociones fuertes u os vaya el masoquismo, luchad por una habitación decente, que las hay… y suerte en el Hotel del Terror.
*Clavija adaptadora. No se trata de una diferencia de voltajes, todos los aparatos que llevemos se podrán enchufar a la corriente eléctrica de allí, pero eso sí hace falta llevar una clavija de estas de dos palitos planos, porque los redondos, que usamos nosotros aquí, allí no encajan. La podeis adquirir en cualquier ferretería sin mayor dificultad. Como seguramente llevaréis cámara, teléfono, maquinilla de afeitar, secador, etc, es recomendable llevar más de una.
*La moneda. Lo sabemos, obvio también, cambio de moneda o pago con tarjeta. Ambas cosas las tendréis que hacer y ambas es importante que las preveáis. Si podéis avisar a vuestra entidad bancaria (ese ente que “nos cuida y protege”) de que vais a salir fuera, para evitar bloqueos y demás, mejor. Por otro lado, el cambio de moneda es importante, siempre se debe llevar algo de efectivo encima hacerlo aquí generalmente os saldrá mejor que cambiar allí, además, comprar con tarjeta suele dar un tipo de cambio más ventajoso, hasta donde nosotros sabemos. Y además el cambio del euro al dólar en los últimos años nos suele favorecer.
*Equipaje y Ropa. Nos comentaron que el clima de Madrid y Nueva York era bastante parecido, sobre todo, en las fechas de nuestro viaje, mediados de octubre, así que llevamos un poquito de todo, para calor, para fresco. La verdad que tuvimos un tiempo magnífico, pero solo 24 horas después de nuestra vuelta a España se cerró el aeropuerto por una enorme nevada que dejó la zona incomunicada durante horas. Cada uno juzgue.
Y la ciudad ¿cómo es?
Por lo demás, no hay que llevar miedo, en Manhattan es casi imposible perderse, las calles con su numeración son como un cuaderno de preescolar. Las avenidas van de Norte a sur y las calles de Este a Oeste (esto en el Downtown, la zona baja de Manhattan ya no se cumple). Hay una excepción, Broadway. Broadway es una avenida que cruza en diagonal la cuadrícula y, en su intersección con las calles, forma plazas como, de la que os hablaremos próximamente, Times Square.
Lo primero a tener en cuenta es que Nueva York es una ciudad que se divide en “borough” (como distritos). Los “distritos” de la ciudad son cinco, Queens, Bronxs, Brooklyn, Manhattan y Staten Island. Y luego, dentro de los distritos, como por ejemplo en Manhattan hay numerosos barrios. Generalmente cuando los turistas hablamos de forma genérica de Nueva York, el 80% de las veces nos referimos a la zona de Manhattan.
Casi todo de lo que nosotros os vamos a contar se sucede en éste distrito (el de los rascacielos, tiendas, Central park…).
Transporte público
Para combatir las distancias contamos con una red de transporte público que puede colaborar en la visita. Metro y autobús y, en alguna ocasión taxi, que por cantidad no será, y no son caros. Autobuses nosotros no usamos prácticamente, fuimos más de Metro.
Y para moveros por el Metro, os será útil esta información que os vamos a dar. Manhattan se divide en alto (Uptown), medio (Midtown) y bajo (Downtown, o lower). Y luego, además, la parte alta o norte se divide en Lado Este y Oeste (Upper East Side, Upper West Side) y (Harlem).
A ver, el Metro es como en las pelis, “cutre”, con ese aspecto neoyorkino de llevar abandonado desde su mismísima inauguración. A veces me recordaba al Metro de hace unos 20 años en Madrid (uff que mayores somos ¿no?) Pasillos, recovecos, luces blanquecinas. De estos decorados en los que como te pongas a sugestionarte acabas haciendo “marcha” al estilo Paquito para salir pronto de ahí, y cuya banda sonora son los latidos de tu corazón a 150 por hora. Pero al menos en nuestra experiencia, de día, es totalmente seguro.
Al principio, puede que os desconcierte un poco, pero para ver el funcionamiento del mismo lo mejor es en persona, eso sí, comentaros que dentro de la línea con un itinerario concreto existen ciertos trenes denominados “express”, que lo que hacen es saltarse las paradas en varias estaciones para acortar el tiempo del trayecto, es importante que tengáis esto en cuenta y cada vez que os monteis os fijéis si es express o no y si para en vuestra parada. Muy importante también, tener en cuenta que por un mismo anden pasan diferentes líneas, con lo cual siempre atentos al tren que llega.
Propinas
Ummm… suena raro, una parada en las propinas, pero es importante tenerlo en cuenta para no ser un mar de dudas y no sorprenderse cuando te encuentres, en alguna ocasión que te han cobrado más de lo que figuraba en tu cuenta.
En EEUU, la propina es algo casi obligado, obligado no por la ley, pero sí por los usos y costumbres del país. Ésta se da casi por hecha. Los sueldos son más bajos y están justificados con que parte del mismo se obtiene por el servicio ofrecido. En casi todos los servicios en los que recibes colaboración de los trabajadores se presupone una propina. En algunas cartas te estipulan directamente la cantidad, en otras, en el ticket marcas tú el porcentaje que quieres dejar.
En el caso de la restauración se presupone un 15% más o menos como mínimo, para un servicio normal. A partir de ahí un 18% podría ser bueno, y por encima del 20% más que excelente. Si no aclaras previamente lo que vas a dejar te puedes encontrar, como así nos pasó a nosotros, que libremente al pagar con la tarjeta te plantan un 20% adicional por concepto “service” o “tip”.
Para las copas, más o menos, un euro por cada una. Por supuesto para lugares de comida rápida, donde tú te llevas tu alimento etc, no es necesario dejar propinas.
Pero taxis, servicios de habitaciones, guías turísticos, etc, están sujetos por “costumbre” a las mismas en torno al 15%-18% más o menos (nosotros en el Hotel del Terror no dejamos nada).
Suele ser un tema un poco desconcertante y difícil de manejar por falta de costumbre, y porque en cada establecimiento aparece de diferente manera pero, al menos, es importante que conozcáis el tema y lo manejeis lo mejor posible.
Tarjeta de NEW York Pass o City Pass
No os podemos comentar si compensa o no, en esta ocasión nosotros decidimos no cogerla, quizá por lo precipitado del viaje, no nos dio tiempo a valorarla económicamente antes de ir y no hemos echado cuentas tras el viaje de si nos habría compensando o no. Sí, que sepais que existe, que cubre las atracciones principales, te evita colas y tiene algunos descuentos. Podéis consultarlo aquí, y ya valorarlo personalmente cada uno
Y lo que quede irá surgiendo en el relato. Con estas nociones básicas llega el momento de empezar.
Estamos listos para salir del Aeropuerto de Barajas; comenzamos 8 días por Nueva York.
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