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El Principio de Universalidad, aplicado como uno de los principios esenciales de la marca personal, no se encuentra por casualidad en esta posición entre los 10 listados atrás.
Nuestra misión personal
El valor de esta percepción nos ayuda a comprender nuestra misión en el mundo, el sentido de éste y la relatividad de las cosas materiales, pertenencias e incluso puestos de trabajo o funciones cuya vida temporal es limitada.
Así, nuestra misión personal se concibe como un camino que, trazado sobre nuestros valores, acorde con nuestra actitud, determina nuestro sentido en lo colectivo.
Esta comprensión universal nos da una mayor capacidad de pensamiento global, nos hace por un lado más pequeños, a la vez que refuerza nuestro papel trascendental.
Es clave para trazar objetivos personales que superen a los profesionales, y nos ayuda a plantearnos retos más ambiciones.
Nuestra visión no es sólo la meta
Entendida la meta como la determinación de objetivos en el corto plazo. La visión tiene un sentido vital, si acaso ideal, donde mi aportación a mi existencia y a la de los demás (la universalidad) conlleva un compromiso futuro.
¿Y después qué?
Después aún hay más. El sentido de la evolución, del crecimiento. De que las cosas cambian y nosotros también tenemos derecho a cambiar nuestra comprensión del mundo y nuestras obligaciones con él.
Y todo ello porque, a las personas les sobrevive algo; su legado, huella, la marca que dejan entre los demás. Y ahí es donde encontraremos el verdadero sentido de la vida.
Para una marca personal el principio de Universalidad nos aporta un sentido mayor como ámbito de influencia y responsabilidad de nuestros actos, con nosotros mismos y con los demás.
Leer Los 10 Principios Elementales de la Marca Personal