Existen muchos motivos por los cuales hacerse con un invernadero, algunos son para facilitar tareas que ya realizamos en el huerto, pero otros implican nuevos usos y actividades complementarias que serían imposibles de realizar sin ellos. Los hay pequeños que caben en un estante, los hay para balcones y los hay de aquellos en los que puedes tomarte una taza de café en su interior mientras el resto del jardín sufre algo parecido a un diluvio universal. Todo depende de nuestras posibilidades y del uso que le queramos dar.
Aquí van los 8 motivos de peso que mi humilde persona encuentra en este maravilloso, cálido y práctico complemento de cualquier huerto o jardín:
1. Avanzar los cultivos de temporada
Soy una fan de los tomates y los pimientos, son mis cultivos favoritos, me gustan sus frutos, sus plantas, sus flores y hasta el olor que desprenden. Si hay algo que me permite poder disfrutar de ellos un par de meses antes voy a por ello. Un invernadero decente y bien cuidado te permite empezar a sembrar estos cultivos (y muchísimos más) a principios de año. Así, cuando el riesgo de heladas ya ha pasado, saco mis plantas, ya bien crecidas y resistentes al frescor del principio de primavera, al huerto.
2. Proteger las plantas jóvenes
Las plantas más jóvenes y tiernas son más sensibles al frío y a las plagas. Aunque el calendario de siembra me diga que ya las puedo sembrar al aire libre, siempre he encontrado que tengo más porcentaje de éxito cuando están protegidas en el interior del invernadero: los cambios de temporal no suponen un problema tan grande, y pájaros, babosas y caracoles tendrán más difícil acceso a esos tiernos brotes de lechuga.
También sirven para proteger los jóvenes semilleros de las mascotas que, cariñosamente, encuentran en ellos un lugar apacible para dormir al sol.
3. Tener un capricho tropical
Aunque el mediterráneo admita ciertos cultivos tropicales, como el aguacate o el plátano, al ser cultivos perennes pueden sufrir en la época de invierno. Darles cobijo en un invernadero cubrirlos de manera individual garantizará una buena cosecha el verano siguiente.
4. Desecar cultivos para su preservación
Existen muchas técnicas para secar pimientos, guindillas, tomates, aromáticas y otros cultivos, pero lo cierto es que deshidratar utilizando el invernadero resulta extremadamente sencillo. Es importante garantizar una buena ventilación para evitar el exceso de humedad: abre todas las ventanillas del invernadero o deja la puerta abierta y colócalo en un lugar soleado, resulta mucho más rápido y seguro deshidratar de esta forma!
5. Tener un huerto en invierno en climas muy fríos
En zonas muy frías resulta complicado incluso cultivar los típicos cultivos que se pueden sembrar durante todo el año: lechugas, cebollas, espinacas, etc. Un buen invernadero puede solucionar este problema, permitiéndonos disfrutar de nuestro huerto todos los meses del año.
6. Pimientos más picantes
Este truco lo aprendí hace no mucho, y como gran fan de la cocina mexicana, no tardé en ponerlo en práctica. Resulta que la capsaicina (sustancia responsable del sabor picante) se incrementa con el calor, la falta de riego y la falta de fertilizante: introduce un par de macetas de habaneros o guindillas si quieres un resultado realmente sorprendente. Mi fuente es el divertido, interesante y original botánico James Wong (recomiendo cada uno de sus libros):
Want spicier chilies? Capsaicin levels (hot flavor in chilies) double as heat rises. Pop pots in greenhouse, up high, for twice the spice
— James Wong (@Botanygeek) septiembre 21, 2014
7. Ahorrar dinero sembrando tus propias semillas
En otra ocasión en Plantea os comentamos los motivos por los que es recomendable empezar el huerto con semillas, algunos de ellos son: tienes más variedades a tu disposición, consigues cultivos más adaptados a tu microclima y supone un ahorro considerable. Los paquetes de semillas se conservan muy bien temporada tras temporada y nos permite disfrutar de un cultivo que nos gusta durante mucho tiempo haciendo una única compra.
8. Cultivos con menos plagas
Si por alguna de aquellas sufrimos un ataque de alguna plaga resulta recomendable separar los cultivos sanos de los enfermos, el invernadero supone una barrera física temporal ideal para salvaguardar aquellos cultivos libres de plaga mientras tratamos el resto.
Tipos de invernaderos domésticos
Mini invernaderos- semilleros
Es la versión más pequeña y asequible que podemos encontrar. Cabe en cualquier sitio y aun así, cumple con muchos de los usos que se le puede dar a un invernadero: protege plantas jóvenes, avanza las temporadas e incluso permite desecar fruta. Es importante escogerlo de buena calidad, aunque nos cueste más al principio nos durará mucho más, y además garantizará una buena ventilación en todo el interior.
En Plantea podéis encontrar este, que además de estar en varios tamaños y estar fabricado en plástico de alta calidad, es modular y personalizable (clic en la imagen para ver el producto en detalle):
Invernaderos de balcón
La opción perfecta para un balcón o pequeña terraza, te permite guardar las plantas hasta que estén más crecidas. Os dejo unos cuantos consejos para tenerlo siempre a punto:
Coberturas y protecciones
Son los más fáciles de poner y quitar, y pueden ser utilizados durante toda la temporada fría o colocar exclusivamente cuando haya riesgo de heladas.
Camas calientes
Son una solución más permanente que la anterior, simplemente se trata de un invernadero que se puede acoplar a nuestra cama elevada o mesa de cultivo.
Invernaderos de jardín
La opción más grande, te permite tener todo un huerto en su interior. Yo personalmente, me veo claramente trabajando en mis tomates en esta maravilla, ¿Alguien se apunta a ayudarme a construirlo?
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