Revisando fotos antiguas y rememorando viejas batallas, me ha entrado una especie de vértigo existencial que ni desde el más alto precipicio... Y es que medio siglo nos contempla y casi sin querer, viendo a aquellos imberbes mozuelos e inocentes mujercitas que eramos en las fotos, ¿qué habrá sido de nosotros tantos años después? Personalmente he perdido el contacto con casi todos ellos, me he venido a vivir a Cantabria hace 20 años y por aquí gira prácticamente todo mi mundo.
Aquel niño que soñaba con ser un gran deportista se tuvo que conformar con correr un par de maratones en 4 horas y jugar pachangas de fútbol con los amigos. Muy divertidos, eso sí.
Quería subir los más altos picos... Pero no llegó más allá de Monte Perdido o el Teide, humildes pero impresionantes montañas.
No habría estado mal haber escrito un best seller de repercusión mundial pero no pudo pasar de los mil ejemplares de su único libro escrito.
Debería haber sido un profesional de éxito de quién sabe qué extraordinario oficio, pero tenía pájaros en la cabeza y su vida laboral no ha dado más que tumbos, siendo su horizonte no es especialmente esperanzador. Esto le ha ayudado a vivir austeramente y a valorar mucho más todo lo que le rodea. Positividad ante todo.
A pesar de tantos fracasos y tantos objetivos no cumplidos, el camino de aquel tímido niño ha sido lo suficientemente estimulante para ser moderadamente feliz, con momentos de gloria personal que han inclinado la balanza hacia la dicha más íntima, consiguiendo que todo haya merecido la pena.
En realidad acumulo algo más de 10 años (los que llevo ejerciendo como padre) en los que en cierto modo mi vida ha pasado a un segundo plano y mis desvelos e ilusiones se manifiestan a través de mis hijos. Y aunque parezca un tópico, son lo mejor que he hecho con diferencia en todos estos años, y disfruto con ellos de su crecimiento personal con una ilusión imposible de superar. Conmigo, el instinto que ayuda a las especies a sobrevivir como tal, ha calado hondo, y no entiendo mi vida sin ellos, contribuyendo sin querer a perpetuar a la especie humana. No sé si he hecho lo correcto. Al menos trataré de que mis vástagos sean educados y respetuosos con todo lo que les rodea.
Y qué puedo decir de las aves. Ellas me han acompañado (literalmente) desde los 13 años en que me hice con mis primeros prismáticos... y ha sido una pasada. Solo me han dado satisfacciones, me han entretenido, me han hecho crecer... Soy lo que soy (y lo que no soy) gracias a las aves.
Y hoy, el blog (donde podéis haceros una idea de mi relación con las aves) cumple 9 añazos. Aunque en su último tramo de existencia ha bajado algo su actividad no he pensado en abandonarlo en ningún momento. Porque también le debo mucho a "No sin mis prismáticos" y al menos debe cumplir los 10 añitos. Lo mismo puedo decir de todos los que de algún modo hacéis que no decaiga en mantenerlo con "vida" con vuestras visitas diarias y vuestros comentarios de ánimo. ¡¡Muchísimas gracias a todos!!
Y aquí están las estadísticas finalizado otro aniversario: 1.221 entradas (+92) 267 seguidores (+5) 825.000 páginas visitadas (+86.000)
¡¡Buen pajareo para todos!!