9 Recordatorios que aliviarán tu alma

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

"La principal causa de infelicidad nunca es la situación, sino tus pensamientos sobre ella." - Eckhart Tolle

La vida puede ser frenética; algunas veces el caos nos rodea por todas las direcciones imaginables.

Pero sólo porque el mundo que nos rodea está en desorden, no significa que el mundo dentro de nosotros tenga que estarlo también.

Así es, estoy diciendo que hay una manera de mantenerse cuerdo en tiempos locos. Estoy diciendo que puedes deshacerte de toda esa locura que tienes el tu interior creado por otros, del pasado y eventos incontrolables...

Con sólo ser un simple testigo de tus pensamientos.

Se trata de sentarse en silencio, y ser testigo de los pensamientos que pasan por ti. Al principio, sólo escúchalos, no los interfieras ni los juzgues, porque al juzgarlos con demasiada rapidez habrás perdido tu lugar ser solamente un testigo. En el momento en que te apresures a decir: "este es bueno" o "este es malo", habrás saltado de cabeza al caos.

Toma un poco de tiempo crear una brecha entre atestiguar tus pensamientos y reaccionar ante ellos. Pero una vez que la brecha esté allí, descubrirás una gran sorpresa; que ya no eres tus pensamientos, ni el caos que influyen. Que eres un testigo, un observador que es capaz de cambiar su mente y elevarse por encima de las turbulencias.

Y este proceso de atestiguar-pensamientos es la alquimia de la verdadera realización. Porque a medida que te vuelves más y más un testigo, los pensamientos caóticos comienzan a desaparecer. Estarás pensando, pero tu mente estará vacía de charlas sin sentido.

Ese es un momento de iluminación - un momento en el que te conviertes, tal vez por primera vez, en un incondicionado, sano y realmente libre ser humano.

Y ahora puedes iniciar el proceso de introducir nuevas ideas que apoyen tu libertad interior, y alivianar tu alma. Aquí tienes nueve de estas ideas...

1. Eres un trabajo en progreso; lo que significa que avanzas un poco a la vez, no todo a la vez.

Cuando sientes que estás sudando y corriendo en círculos, entiende que todos nos sentimos así de vez en cuando, especialmente cuando las exigencias de la vida son altas y el trabajo un reto. Esto no significa que debes darte por vencido. Haz los ajustes necesarios, pero sigue poniendo un pie delante del otro. No estás realmente corriendo en círculos; estás corriendo hacia arriba, poco a poco. El camino es simplemente un conjunto de pasos en espiral... Y tú ya has subido más arriba de lo que crees.

2. Siempre estás justo donde necesitas estar para dar el siguiente paso.

No hay absolutamente nada en tu situación actual que te impida avanzar. Todo lo que tienes que hacer es decidir qué harás a continuación (cual será el siguiente pasito). Realmente es así de simple. No tienes que tener todo resuelto para dar este paso y seguir adelante. Sólo haz lo mejor que puedas hasta que lo entiendas mejor. Una vez que lo entiendas mejor, hazlo mejor.

3. Los errores y los fracasos son los escalones del crecimiento y el éxito.

Incluso cuando no funcione, sigue siendo una práctica necesaria. Y todo requiere de práctica. Así que abraza los errores que ni siquiera has cometido todavía. Para tener éxito en el largo plazo, debes fallar de vez en cuando. No dejes que el miedo a tomar una decisión equivocada te impida tomar cualquier decisión en absoluto. Al final, aquellos a los que no les importa que el fracaso sea inevitable son los que alcanzan sus sueños.

4. Sonreír ocurre naturalmente cuando te quejas menos.

Nunca hay necesidad de quejarte por la vida. Hacerlo no cambia nada. En lugar de eso, pasa tus momentos viviendo su belleza. Encuentra la sabiduría y la fuerza para abrazar el presente. Si estás siendo arrastrado en todas direcciones por fuerzas fuera de tu control, tómate un tiempo para volver a alinearte a ti mismo con lo que más valoras en la vida. Lo que es importante en tu vida es lo que decides que sea importante. Nada puede abrumarte a menos que se lo permitas.

5. No todo tiene una explicación.

A veces, cosas increíbles llegan a nuestras vidas de la nada. No siempre podemos entenderlas, pero tenemos que confiar en ellas. Sé que quieres preguntar por todo, por cada paso del camino, pero a veces vale la pena tener simplemente un poco de fe. Permite que el universo te bendiga de formas sorprendentes y alegres.

6. Sólo posees realmente las cosas que dejaste ir.

Puede sentirse extraño al principio, pero todo lo que realmente necesitas, en la vida y en el amor, es practicar el dejar ir. Aferrarte a algo es fácil; no necesitas ni aprenderlo. Así que alíviate un poco. Está bien aflojarse un poco. A menudo nos aferramos a agarra algo muy fuerte por mucho tiempo, sin siquiera pensar en ello... sin darnos cuenta de que no es lo que tenemos cuando nos aferramos a las cosas lo que cuenta, sino lo que tenemos cuando soltamos, cuando dejamos ir. Lo que queda ahí, es lo que realmente tenemos.

7. Las relaciones no tienen que estar ni cerca de ser perfectas para que valgan la pena.

Es imposible encontrar a alguien que nunca te decepcionará ni lastimará. Ningún ser humano es perfecto. Esperar que lo sean siempre te conducirá a decepciones dolorosas. Entiende esto, y ve por los que valgan la pena el dolor y el esfuerzo. De verdad, sin un poco de dolor y esfuerzo, la alegría y el amor verdadero no se sentirían tan bien. Así que tómate tu tiempo y paciencia para trabajar juntos en crear algo real y significativo.

8. Odiar a otro ser humano nunca ayuda.

Es importante recordar que ningún ser humano, cuando entiendes sus historias y deseos, no sirve para nada. Ninguna vida es nada. Incluso las personas más crueles, si entiendes sus corazones, tuvieron algún acto generoso que les redime, al menos un poquito, de sus pecados. Así que aléjate de ellos en paz, sin odio en tu corazón.

9. Perdonar es darte una oportunidad para crecer.

Perdonar no es aguantar a alguien que te hizo daño; es estar en paz con lo que pasó y seguir adelante con tu vida. Así que perdona a los que te hirieron en el pasado, pero aún más que esto, perdónate a ti mismo por permitirles hacerte daño. En el instante en que perdonas, estás al menos un paso por delante en el departamento del karma, y un paso por delante de todos los que siguen aferrándose a los viejos rencores que no los dejan avanzar.

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