90% de rechazo, solo 10% protesta
Venezuela es un mosaico étnico, hasta hace muy poco fuimos cuna receptora de inmigraciones provenientes de todos los confines del mundo, una transfusión directa de sangre pasiva, deseosa de trabajo. Sumemos más de 200 años de paz, ajenos a guerras, un territorio prodigioso en recursos que nos amamanta sin esfuerzo. Estos son algunos factores que enmarcan nuestra endémica pasividad.
El chavismo irrumpió en nuestra historia de manera violenta a través del fracasado golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, una vez en el poder la conflictividad política fatalmente se nos enclaustró, como el mismo Chávez confesó, provocó los lamentables sucesos de 2001 y 2002. Asimismo, supo rodearse de personas idóneas para reforzar su proyecto, por ejemplo, uno de sus más connotados representantes, Juan Barreto, en tiempos de Alcalde Metropolitano, impuso la modalidad de los colectivos en moto prestos a defender a la “revolución”, hoy más vigentes que nunca.
Desde el advenimiento del chavismo a Miraflores, el modelaje político negativo, violento e irracional rebautizó a la política nacional, avasallando a una sociedad, como señalamos, amante de la paz. Los insultos, el chabacanerismo, la burla, la siembra de odio e intolerancia se hicieron al pasto de una institucionalidad arruinada, partidizada, obediente a esa fatídica neopolítica roja.
Ahora bien, sí hay algo que temen los gobernantes son las protestas sociales, la presión que ella genera, el chavismo lo sabe, es por ello que, cuando está más débil que nunca, desahuciado, actúa “con el mazo dando”, a través de represiones desproporcionadas, por medio de una ardua violencia institucional, controlando, racionando y condicionando las libertades y derechos del pueblo.
Todo tiene un límite, a pesar de los errores del gobierno, el boom petrolero y la emisión descontrolada de dinero inorgánico permitieron cubrir los desaciertos económicos, se respiró ilusoria sensación de progreso, bastó el estancamiento y posterior caída del precio del barril, así como las oprobiosas consecuencias de esos bolívares sin respaldo, para que el venezolano comenzara responderle al gobierno sin temor, en su mismo terreno, el 2014 fue el preludio de lo que hoy sucede, amén de una nación en acelerada descomposición estructural, producto de un modelo país inviable y pernicioso.
El venezolano es en su esencia más intestina pacifico, amante del voto como mecanismo para dirimir adversidades, lamentablemente, la sacritud de los procesos electorales hoy fue mancillada a beneficio de un puñado de adictos al poder desmandado.
No solo las encuestas, sino la calle, dan cuenta de un histórico rechazo de 90% al gobierno, a su falsificada constituyente que busca constitucionalizar lo que hoy es ilegal. A pesar de la contundencia de las protestas a nivel nacional solo un 10% ha salido a manifestar, por todo lo arriba explicado, ahora ello no implica que cuando la situación lo amerite el pueblo no vaya a salir… lo hará, lo está advirtiendo, aún hay tiempo de evitarlo.
Leandro Rodríguez Linárez @leandrotango
TwittearEnviar este artículo a tus seguidores