Algo que te revuelve las entrañas. Una idea. Una locura. Una noche sin dormir. Unos amigos que se unen a la aventura. Y sale esto: 90 millones en 90 días. Se trata de una iniciativa de un grupo de amigos que, conmovidos por las crónicas sobre la hambruna en el cuerno de África, decidieron poner en marcha una campaña para recaudar 90 millones de euros en 90 días. Casi nada.
Tríptico de la campaña
El reto comenzó el tres de octubre y se ha difundido por las redes sociales. Esta semana se cumple el ecuador de la iniciativa, entre momentos de entusiasmo y de desánimo, como cuentan sus responsables en su blog todos los días. No hace falta decir que el objetivo es, cuanto menos, ambicioso. Más aun teniendo en cuenta que, de acuerdo con las cifras de la FAO, sería suficiente para salir de la emergencia. Pero los impulsores de la campaña pensaron que no era tan difícil, que, en realidad, sólo necesitaban que 45 millones de personas en el mundo donaran dos euros; o que cada usuario de Internet convenciera a tres personas para que aportaran su microdonación.
El destino de las ayudas, que casi siempre se pone bajo sospecha, son proyectos de ONG que han superado exigencias como tener infraestructura sobre el terreno o publicar sus resultados económicos. Y las dudas sobre la campaña se disipan al consultar la sección de Transparenciade su página web, que ya quisiéramos ver en otras empresas.
El motor de 90 millones en 90 días fue una frase: la que pronunció una periodista deTelevisión Española durante una crónica desde el cuerno de África: “Las hienas devoraban vivos a los niños que esperaban a la entrada de los campamentos”. Si cosas tan impensables como ésta pueden seguir pasando en pleno siglo XXI, ¿por qué no puede funcionar una locura de 90 millones de euros?