Por un lado de la misma, bajo las ordenes del departamento de estado feroces soldados estadounidenses, se les ve masacrando árabes de Irak y Afganistán, y a la vez le están reclamando a un pastor de una iglesia de 50 feligreses que se atreva a quemar unos ejemplares del Corán el día de mañana que se conmemoran 9 años del fatídico 11 de septiembre del 2001.
Es una soberana burla, el gobierno de Estados Unidos se atreve a ir y destruir países enteros y se molesta hasta el tope por una persona que piensa hacer cenizas unas cuantas hojas de papel. Supongo que esos mismos funcionarios que reclaman de dientes para afuera, por dentro están que se mueren de gusto con esta ofensa al mundo musulmán.
Este es el mundo en que vivimos…