Es época de verano y, como casi siempre, llegan las películas de terror marino. Desde que allá por 1975, Steven Spielberg causase el horror playero entre los visitantes de las costas de todo el mundo, con su excelente “Tiburón”, han sido cientos de películas las que han intentado imitar aquel éxito, algunas con mas talento que otras. Johannes Roberts ya lo intentó hace dos años con “A 47 metros”, cinta que exploraba la angustia depredadora bajo la superficie, sin apenas salir sobre el agua, como si ocurre en la mayoría de filmes del género.
En ese sentido, la película era un conseguido ejercicio de eficacia narrativa, con muy pocos elementos, y sobretodo, un entretenido producto de serie B al que, si no le pedías mucho, recompensaba con un divertido visionado, aunque muy lejos de la calidad de un producto que merezca mas alabanzas. Siendo algo estúpida, al menos Johannes Roberts demostraba talento y ritmo tras la cámara.
Con un reparto en el que destacan las hijas de algunos de los más famosos actores de Hollywood (Sistine Rose Stallone y Corinne Foxx, hijas de Sylvester Stalone y Jamie Foxx, respectivamente), así como Sophie Nélisse (“La ladrona de libros”), “A 47 metros 2” nos trae la típica historia de adolescentes rebeldes que desobedecen toda norma prescrita y acaban, en este caso, introduciéndose en unas ruinas submarinas ocultas plagadas de tiburones blancos… ¡ciegos! Si, si, tiburones blancos ciegos (debido a que en su hábitat subterráneo no necesitaban de ese sentido para orientarse).
Así, lo que podría parecer una estupidez absoluta, que en ocasiones lo es, no se convierte del todo en el desastre de una secuela (sin ninguna relación con su primera parte) y que se antoja poco original en su propuesta. Johannes Roberts sigue sabiendo que hacer para conseguir un producto eficaz, conociendo de antemano el tipo de material con el que trabaja. Es una película de tiburones asesinos ciegos, no se le puede pedir ser “Ciudadano Kane”, pero que si puede llegar a ser un divertido sujeto de serie B veraniega.
Y no solo lo es, si no que también, en varias ocasiones, "A 47 metros 2" consigue situarse en un suspense más trabajado, gracias a escenas de tensión y angustia claustrofóbica muy bien rodadas bajo el agua. Además, adquiere un punto de originalidad, gracias a ese escenario en el que transcurre la historia, y que se aleja, como ya hacia la primera, de playas y abundancia de personajes y bañistas.
Todo hay que decirlo, eso sí, “A 47 metros 2”, a pesar de ser un producto eficaz dentro de su género, tiene muchos momentos de comedia involuntaria y estúpida inverosimilitud. Lo que podría haber sido un ejercicio mas redondo, con ese buen hacer tras la cámara de su director en determinados momentos, se derrumba con otras ocasiones en las que los personajes sobrepasan la estupidez, así como también los guionistas, en algunos risibles y muy vistos extractos del filme.
En especial, esa parte final que se antoja en una especie (no intencionada) de festival de cachondeo absoluto, con un tira y afloja entre los tiburones y sus protagonistas que nos sacan demasiadas risas. Del mismo modo, alguna que otra muerte también se siente demasiado efectista, con una utilización, absurda y repetitiva de la cámara lenta, que resta calidad y tensión a los puntos positivos del filme.
De todos modos, “A 47 metros 2” consigue situarse como una secuela pasable, que, como su primera parte, proporciona cierta diversión sin complejos, acercándose a esa serie B que, a pesar de sus muchos puntos flojos, muestra también destellos de talento y buena narrativa. Además, nos muestra otra vez a un director que, poco a poco, va consiguiendo ciertos hallazgos de puesta en escena de gran interés. Seguramente, Johannes Roberts seguirá moviéndose en este cine de escasa originalidad, pero mientras lo haga con buena mano, será digno de seguirle la pista. Por ahora, nos quedamos con está película, así como sus dos anteriores, que, para ver en verano, una noche en la que uno no quiera esforzarse demasiado en pensar, la verdad que son opciones más que pasables.
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- ##check## Lo bueno
- El entretenimiento sin complejos de su propuesta.
El escenario y el manejo de ciertas escenas, buenas muestras de tensión y narrativa angustiosa. - ##times## Lo malo
- La parte final, demasiado exagerada y risible.
La poca originalidad de la propuesta, plagada de momentos muy vistos y personajes de estupidez elevada.
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- Ambientación 7.0
- Buena e interesante. Ayuda a la película a situarse algo mas lejos de otras propuestas, con unos escenarios de ruinas submarinas que son un laberinto para sus protagonistas.
- Desarrollo de Personajes 4.5
- Muy básico, aunque para el tipo de producto puede funcionar. Empieza con una separación de personajes mas que vista, que nos lleva a ese progresivo acercamiento según el peligro avanza. Poco novedoso e interesante.
- Argumento / Guión 4.0
- Lo que es. Unas jóvenes atacadas por tiburones. No hay mas que añadir. Es de originalidad nula, y con un guion algo estúpido en ocasiones. Funciona mas gracias a su manejo de la puesta en escena que a su historia.
- Banda Sonora 5.5
- Básica, pero efectiva. Ayuda a intensificar ciertos puntos de tensión de la película, aunque se antoja muy extraño que, sonoramente, la película tenga un código de voz tan pulcro estando bajo el agua la mayoría del tiempo.
- Entretenimiento 6.0
- Quizá lo que más se le puede pedir a esta película, y lo que mas consigue. Es un metraje corto que se pasa con rapidez y que entretiene lo suficiente como para que el visionado no sea una pérdida de tiempo.
- Montaje / Innovación técnica 6.5
- Pues el montaje, a pesar de esos momentos de cámara lenta que rompen la fluidez, tiene bastante ritmo y ayuda en ciertas escenas de tensión claustrofóbica. La innovación de estar rodada casi toda bajo el agua, como la primera parte, también proporciona cierto interés.
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- Puntuación Total 5.5 / 10