Hoy sábado me encuentro viajando para Abu Dhabi con mi e-book. Es mi primera salida con el aparato de marras. Los que me seguís, ya sabéis que me lo he comprado hace poco y que, a pesar de algún cargo de conciencia como el que tuve ayer con la biblioteca de mi padre, estoy muy contento. Las ventajas generales las he enunciado en otra parte del blog.
Ahora me voy a referir a las asociadas al viaje. Por ejemplo, antes era una movida seleccionar el libro/libros adecuados para los días fuera de casa. Que si no podías llevar muchos libros por falta de espacio, que si pesaban demasiado, que si había que diversificar los géneros/temas por si no te gustaba lo elegido y te veías obligado a vivir varios días en un aeropuerto cualquiera gracias a las nevadas (o a los controladores), etc.
Nada de eso ha ocurrido en esta ocasión. No he dudado ni un segundo de qué libro llevar conmigo para soportar las más de seis horas de vuelo desde Frankfurt, aparte de otras dos desde Bilbao y cuatro de espera en el aeropuerto. He seleccionado una docena y listo. Novelas de intriga, novelas de culto, novelas basura, ensayos, biografías y poesía. También he traído QUE LEER (glups) ¿Alguien da más? Y todo ello con 250 grs. y un tamaño algo mayor que una cajetilla de tabaco (exagerando un poco). De esa forma he aligerado el equipaje, he aumentado mi mente, y he utilizado una mochila pequeñas para salvaguardar el aparato. Bueno, espero contaros cómo se vive la literatura basura desde esa parte del mundo. Desde luego en al aeropuerto de Frankfurt he visto mucha porquería, de esa de tapas llamativas y sábanas santas. Debe ser un mal generalizado. Es lo que tiene la globalización.