Por Álvaro Samuel
Hace ocho meses escribí un artículo donde me oponía firmemente a la condena de 17 años que el gobierno terrorista y sionista de Israel quería aplicar a la joven palestina Ahed Tamimi, su historia de luchas por la libertad de Palestina empezó a los 11 años, en las concentraciones y marchas, lanzando piedras al ejército israelí, a los 16 años fue encerrada por expresar a golpes en el cuerpo de un soldado israelí la rabia que sintió al enterarse que su primo había sido baleado en la cabeza por el ejército israelí.
En esa oportunidad escribí: “en pleno siglo XXI se está repitiendo la historia de Lino Figueredo un niño cubano de 12 años al cual en 1870 el imperio español separó de su familia, le puso grilletes, lo mando a trabajar en las canteras, lo azotó, la viruela invadió su cuerpo y siguió cargando piedras, las piedras de la ignominia que pringaron la frente de España, que todavía sigue manchada. Ahora es Ahed Tamimi, la nueva Lino Figueredo, la frente que se mancha ahora es la del régimen sionista de Israel”.
La cárcel es siempre una gran escuela para las y los grandes de la historia, Ahed Tamimi ya se ganó su lugar entre los grandes de la historia, no solo por sus luchas anteriores, sino también por las que tuvo que librar durante su encierro, en la “Clase del desafío” como ella llamo, en la cual a pesar de los intentos del régimen logró terminar sus estudios y ahora quiere estudiar derecho para defender la libertad de su pueblo en los tribunales del mundo.
Su voz no puede contar únicamente su sufrimiento, su voz tiene la necesidad de contar el sufrimiento de sus camaradas en prisión, su voz quiere que el mundo conozca los maltratos que sufren sus hermanas y hermanos, su voz está gritando las enfermedades que todavía sufren sus compañeras y compañeros de presidió político en Israel.
Hace ocho meses una de las palabras de Tamimi fueron “si la mujer es fuerte, el hombre también lo será (…) La mujer palestina lucha, se resiste, combate, como Leila Khaled” (histórica militante del Frente Popular para la Liberación de Palestina), ahora habla directo a los corazones de cada mujer y hombre que luchan por la libertad de los pueblos con estas palabras, “Nunca he vivido en paz, por eso veo la como algo enorme, la paz tiene que estar en todas las partes del mundo”.
Hace ocho meses me temblaron de rabia las manos ante la injusticia que se estaba cometiendo en contra de Ahed Tamimi, hoy mis manos aplauden de alegría ante la libertad de este símbolo de la resistencia Palestina, hoy las piedras palestinas, las cometas palestinas vuelan por los cielos de los pueblos libres decretando una victoria del pueblo palestino en su cruzada por la libertad.
No piense el régimen sionista de Israel que con la liberación de la Joven Ahed Tamimi se limpiara las manchas de su frente, su frente tiene manchas sobre machas, las más reciente son el nuevo régimen de segregación que el Parlamento israelí oficializó el 26 de julio; un tercio de los niños palestinos sufren de desnutrición por el bloqueo Israelí y para completar Israel mudó su capital a Jerusalén.