El estudio de arquitectura de A-cero, dirigido por Joaquín Torres, realiza la intervencion sobre una edificación situada en una céntrica calle del emblemático barrio de Salamanca, referente de la elegancia de la ciudad de Madrid. El local adopta una forma de polígono irregular con una superficie de aproximadamente 250 m2, dónde se realiza la reforma para una oficina.
PLANO DE PLANTA
FOTOS DE OBRA
FINALIZADO
La recepción está formada por una única pieza: un gran mostrador alto y funcional, diseñado por A-Cero en dm lacado blanco con un armario que divide la estancia y la separa de una gran sala de reuniones. En la zona de los despachos secundarios se sitúan dos aseos, una cocina y una zona de archivos. La intervención está marcada por la eficacia, la luminosidad y la claridad, utilizando el blanco y el negro como colores fundamentales.
El punto de partida del proyecto es conseguir un esquema abierto y luminoso que a la vez preserve el desarrollo de la actividad de sus ocupantes, esta idea marca la distribución de los espacios y la elección de los materiales.
Organizamos la distribución de la planta en dos áreas: una zona que ocupa las antiguas estancias nobles con una iluminación natural que proviene de una serie de balcones abiertos al exterior dónde se sitúan los despachos de los directivos. Los techos nos dejan al descubierto las bovedillas cerámicas originales y los suelos son de madera wengué.
El mobiliario funcional se completa con detalles ornamentales exquisitos. Se han dispuesto puertas correderas de vidrio para un mejor aprovechamiento del espacio y se han reproducido las puertas y las ventanas originales para no alterar espíritu de las estancias. En la zona que ocupan los despachos interiores que se abren a un amplio patio de luces, el suelo cambia por un revestimiento vinílico bolon, cálido y acogedor.
Se respetan siempre que sea posible elementos originales de la construcción anterior que nos transmiten el carácter señorial del lugar. La estructura de madera ha marcado las soluciones constructivas adoptadas y todavía está presente en un pilar que ha quedado visto en una de las estancias. Los acabados favorecen la continuidad del espacio dominada por el color blanco que aporta luminosidad y sencillez.
En el proyecto de la iluminación se han hecho foseados para ocultar carriles electrificados y se complementa con halógenos orientables.
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