A Coruña, costa Ártabra y costa da Morte

Por Martafr1975

Viernes 24 julio 2020

Cambiamos de camping para visitar A Coruña y la zona más próxima a ella de la Costa Ártabra. El camping Los Manzanos está situado a unos quince kilómetros del centro en la pequeña población de Santa Cruz Oleiros, en un rincón lleno de naturaleza, con piscina, amplias parcelas, buenos aseos y un conocido restaurante.

A Coruña es una de las ciudades gallegas mas visitadas. A pesar de tener un clima bastante malo incluso en verano es una ciudad que invita a pasear y, si hace buen tiempo, vale la pena dedicarle un día entero para callejear por su casco viejo, recorrer la Avenida de la Marina para ver sus edificios con galerías acristaladas frente al mar y caminar por los paseos marítimos de ambos lados de la península en el que está construida la ciudad.

La Torre Hércules es la construcción más emblemática de A Coruña y está representada de manera relevante en el escudo de la ciudad. En 2009 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por ser el faro más antiguo del mundo en funcionamiento. Construido por los romanos en el siglo I, se levanta en el extremo de la península frente al Océano Atlántico con 41,5 metros de altura. La visita exterior es gratuita y no hace falta reserva, para la zona interior hay que reservar con anterioridad.

Si el hambre aprieta, A Coruña tiene multitud de restaurantes para todos los gustos y bolsillos. Para algo rápido y con solera, la cervecería La Bombilla ofrece tapas al módico precio de 1,20€ para comerlas rodeados de gente local que acuden a este lugar desde 1966.

Sábado 25 julio 2020

La costa Ártabra se extiende por el litoral coruñés desde cabo Ortegal hasta Malpica de Bergantiños. Nosotros nos centraremos en la parte oeste desde A Coruña porque el tiempo no da para todo y tenemos demasiadas cosas que ver.

A penas se deja atrás la periferia de la ciudad, empiezan a perfilarse inmensas playas salvajes. Tras las dunas, la laguna de Baldaio constituye un importante refugio para la fauna y desde aquí se pueden observar aves y, a veces, nutrias. La playa que hay delante de las marismas es enorme y totalmente virgen, de las pocas que quedan.

Siguiendo la carretera de la costa llegamos a Malpica de Bergantiños, según algunos el inicio geográfico de la costa da Morte. Es el puerto más importante de este tramo de costa y su bullicio veraniego así lo deja entrever. A resguardo del cabo de San Adrián hace que su playa sea un buen lugar para darse un baño o sentarse en una de sus terrazas mientras se observa el ir y venir de la gente local y de algunos foráneos.

Sin dejar el concello, pero alejándonos hacia el oeste y adentrándonos, ahora sí, en la costa da Morte se erige, imponente, el faro de Punta Nariga simulando la punta de una barco adentrándose en el mar y rodeado de grandes formaciones rocosas esculpidas por el fuerte viento que golpea la zona. 

Volvemos al camping, hoy no demasiado tarde porque tenemos reserva para cenar en uno de los mejores restaurantes de A Coruña. Toca homenaje y de los grandes. A Mundiña es de esos restaurantes a los que se va a disfrutar de la cocina tradicional gallega pero con un aire vanguardista sin olvidar sus raíces marineras. Sus platos como el salmonete con arroz marino, la merluza con salsa de almejas y el arroz caldoso de pescado y marisco son un buen ejemplo de la frescura de la lonja coruñesa y una preparación innovadora y con estilo. Y sus postres, ¡Aixxx sus postres! cremosa tarta de queso con lima y tarta de chocolate con frutos rojos, un manjar para los más golosos.

Domingo 26 julio 2020

Los naufragios de barcos a causa de los temporales que sacuden esta zona de Galicia han dado nombre a esta salvaje costa gallega. Aunque también se cuenta que los habitantes de esta zona hacían fogatas para despistar a los navegantes para provocar los naufragios y quedarse con las mercancías que llevasen. Sea cierto o no esa leyenda, este tramo de costa es la zona del mundo con más naufragios documentados.

Nos alojamos en el camping Playa Barreira Leis, en el concello de Muxia. Un pequeño camping ubicado en una ladera que bordea una playa en la entrada se la ría de Camariñas frecuentado por campistas de temporada y que, a pesar de su excelente situación, no le vendría mal alguna mejora.

Nos dirigimos a Fisterra donde el famoso faro ha sido testimonio de temporales, naufragios y puestas de sol. Es conocido por ser el cabo más al oeste de la península ibérica, pero no es cierto, ni siquiera lo es de la España peninsular siendo su vecino el cabo de Touriñan el más occidental. Imagino que la creencia nos viene dada desde la época romana, cuando se pensaba que este trozo de tierra era el fin de mundo. Desde mi humilde punto de vista, la visita a este faro está sobrevalorada, después de ver varios faros y cabos gallegos con vistas impresionantes, este me ha dejado un poco fría. 

En las mesas de picnic cercanas hacemos lo propio. Con este pan local tan sabroso matamos el hambre comiendo con unas vistas estupendas y aprovechando el clima tan maravilloso que nos está haciendo.

A pocos kilómetros, tras abandonar la población de Fisterra y justo antes de llegar al mirador que hay en la carretera (donde se puede dejar aparcado el coche) un pequeño camino sin señalizar lleva a la praia de Talón, una pequeña playa de arena blanca y aguas cristalinas con diferentes matices de color turquesa que hace las delicias para mojarse los pies… el agua está helada y mi temperatura mediterránea no me permite pasar de los talones. Para eso ya está mi familia que son mas atrevidos que yo y no se han podido resistir a darse un baño. 

Volvemos a Muxia por la carretera del litoral oeste, algo mas larga y serpenteante pero con vistas a algunas playas atlánticas.

Muxia es tristemente conocida como el punto 0 del desastre del Prestige ocurrido en el año 2002 y por el que la costa gallega se tiñó de negro a causa del fuel. Todos recordamos aquel desastre y la nefasta gestión del gobierno de entonces. Sí, el de los “hilillos de plastelina” que resultaron ser toneladas de petróleo vertidas al mar y que destrozaron una de las zonas más bellas y salvajes de Galicia. Por el coste de su recuperación y limpieza está considerado como el tercer peor accidente medioambiental de la historia solo por detrás de Chernobyl y de la desintegración del Columbia.

Hoy Muxia sigue viviendo de la pesca y su ubicación privilegiada en una península la hace digna de una visita. Desde el mirador cercano al santuario de Nosa Señora da Barca, subiendo el promontorio hay una vistas muy bonitas de la población con el mar a los dos lados.

Hoy despedimos el día cenando en el camping, dirección oeste y viendo atardecer mientras el sol cae por detrás de Camariñas. Una simple ensalada que sabe deliciciosa cuando se acompaña en un marco incomparable.

Lunes 27 julio 2020

Hoy el día se ha despertado nublado, lo que debe ser bastante habitual en esta zona. Bueno, de hecho cada día se levanta nublado pero a mediodía despeja por completo pero hoy las predicciones no son demasiado halagüeñas y parece que no veremos el sol en todo el día.

Nos dirigimos a Laxe para seguir por su rúa Real hasta llegar a punta Insúa con su pequeño faro rodeado de bonitos paisajes marinos. A poca distancia y dirigiéndonos otra vez hacia el pueblo, se encuentra la pequeña praia de os Cristales. Con su arena llena de cristales de colores fruto de la erosión del mar que fueron arrastrados hasta aquí desde un vertedero cercano. Curioso, como mínimo, que una playa hoy protegida lo sea a causa de nuestros residuos. Cabe destacar que está terminantemente prohibido llevarse los cristales de la playa.

Sin dejar el concello de Laxe, la praia de Traba es de esos lugares para recordar. Es una playa salvaje, recogida entre dunas protegidas que se pueden recorrer a través de una pasarela atravesando las marismas hasta una laguna costera de gran interés medioambiental. La época de reproducción de algunas aves acaba de finalizar hace pocos días, por lo que hay que ir con especial cuidado para no pisar a las crías. Bastaría con no salirse de los caminos marcados en las marismas, pero en la arena de la playa también habitan y los pequeños polluelos se esconden en los agujeros de las huellas dejadas por el hombre. Así que hay que ser sumamente prudentes para no molestar a los animales, al fin y al cabo somos simples invitados. 

Casi solos, con el sol asomando entre las nubes, en un arenal de más de dos kilómetros y medio y con el único sonido del oleaje hemos hecho un picnic que nos ha sabido a gloria. 

Desde la aldea de Arou, cercana a Camelle, una carretera recorre la costa para llegar a Camariñas. No es, ni de lejos, la manera más rapida de llegar pero sí la mas bonita. Serpenteando de valle en valle, siguiendo la orilla del mar y convirtiéndose en una pista sin asfaltar ofrece unas vistas únicas de la costa da Morte y de su tramo más mortífero. En la ensenada do Trece, los vientos violentos que barren la costa han empujado la arena hacia las montañas de granito erosionado originando la “duna remontante”, una ladera de 204 metros cubierta de arena. Al oeste el cabo más peligroso de esta costa, el cabo Trece, y en frente, el cementerio de los Ingleses construido para acoger los restos de los marinos del HMS Serpent que perecieron cuando su barco se hundió aquí mismo en 1890. El faro de cabo Vilán, construido a raíz de la tragedia del Serpent, indica el final del recorrido.

Camariñas, como suele ser habitual en estas poblaciones, es totalmente evitable. Lo bonito de ellas son los paisajes que las rodean.

Al final el tiempo nos ha respetado, ha llegado a salir el sol en algunos momentos y hemos pasado hasta un poco de calor pero una vez hemos llegado al camping ha empezado a chispear. La cena hoy será interior.

Martes 28 julio 2020

Nos trasladamos a la ría de Muros y Noya, al camping Punta Batuda. Dispuesto en terrazas con vistas el mar y con todos los servicios que le otorgan una primera categoría (piscina, minigolf, restaurante, supermercado) está falto de sombras y de agua regulable en las duchas, o te escaldas o te quedas helado, no hay termino medio. Y aunque las parcelas no son demasiado pequeñas están muy juntas, las calles son estrechas y dan una cierta sensación de claustrofobia.

En el límite oeste de la ría se encuentra Muros una agradable población marinera con un importante puerto pesquero que alinea a lo largo de su paseo casas con típicas galerías y otras de antiguas piedras. Es un buen lugar para hacer unas tapas o aprovechar para comer algo a base de productos del mar. Las guías recomiendan varios sitios, todos ellos frecuentados por gente local que acude para matar la sed, el hambre y charlar con los vecinos y amigos en las terrazas. La pulpería Pachanga ofrece buenas raciones a precios razonables como las gambas al ajillo o los chipirones fritos. Entre raciones y las tapas gratis hacemos una comida de lo más completa.

Saliendo de la ría, hacia el oeste, varias playas y faros van salpicando la costa. El faro de Lariño, ya en desuso, guarda una bonita playa salvaje con dunas y aguas bravas pero cristalinas. Hasta Scott se ha emocionado al ver tal imagen, ha empezado a correr como un loco derrapando en la arena hasta que, el pobre, ha empezado a chillar de dolor. Enseguida hemos pensado que se había roto la patita, no podía apoyarla y lloraba cada paso que le hacíamos dar hacia el coche. Por suerte, no muy lejos, en Muros, hay varios veterinarios y nos han atendido al momento. El diagnóstico no ha sido grave, una simple torcedura pero hemos aprovechado para que le hiciese un chequeo de su problema de artritis y le pinchase un analgésico para el dolor pero la supuesta artritis es una rotura de pata sin curar y con una soldadura mal hecha. Nadie se preocupó por él en algún momento de su vida. Que lástima. 

El accidente nos ha hecho perder un par de horas, pero aún tenemos tiempo de ver en Carnota el hórreo mas largo de Galicia construido en el siglo XVIII cuando los pueblos competían para mostrar su riqueza. 

En el mismo pueblo, bordeada por una amplia franja de dunas y vegetación, la praia de Carnota de arena fina se conserva salvaje siendo la más larga de Galicia con 7 kilómetros de longitud y 500 metros de anchura, en algunos tramos, cuando la marea está baja. Por algo está considerada una de las mejores playas de la costa gallega.

De vuelta la carretera que bordea la ría hasta el camping está llena de bonitas playas resguardadas del oleaje atlántico con colores azules y turquesa que contrastan con la arena blanca y el verde de la vegetación. Cada curva un rincón por descubrir.

Miércoles 29 julio 2020

Parecía que el día iba a ser algo más fresco que estos días atrás pero ha resultado ser el más caluroso en lo que va de año. En algunos momentos dudamos si realmente estamos en Galicia o en el sur de la península. El cambio climático nos está volviendo locos.

Hoy dejamos la costa para visitar una de las ciudades más importantes de Galicia y su capital: Santiago de Compostela. De fama mundial por su catedral y su peregrinaje, es una ciudad cultural, joven y dinámica fruto de su universidad y de los miles de peregrinos que la visitan cada año tras recorrer, incansables, el camino de Santiago.

Los principales atractivos de la ciudad son la Catedral donde descansan los restos del apóstol y la praza do Obradoiro. Por lo general hay largas colas para entrar, especialmente en los años jacobeos (cuando el día 25 de julio, día de Santiago, cae en domingo), pero este año las cosas son diferentes a penas hay visitantes. Por el contrario, la catedral está de obras de restauración, así que ni la fachada principal se ve entera, ni el interior está totalmente visible.

En la ciudad vieja, en torno a la catedral, se entrecruzan calles y plazas típicas por donde es un placer perderse e ir abriendo apetito para comprar algún producto local en el bonito mercado de abastos de la ciudad o comer en la Nave 5 del propio mercado donde se han instalado unos gastrobares con comida tradicional gallega pero con un toque vanguardista. En el primero de los locales cocinan el marisco y la carne que se haya podido comprar en el mercado y te lo preparan para comer allí mismo, en el resto se pueden degustar moluscos, pulpo, filloas o carne y acompañarlo con un vino ribeiro, un albariño o con cualquier DO de la zona. Si tengo que recomendar algo, recomendaría: el pulpo con queso San Simón estaba espectacular, el poke de bonito (marinado) para darle un toque exótico y la brocheta de solomillo, para los carnívoros, la ternura hecha carne.

Todavía no os he hablado de las heladerías gallegas, con producto local y natural se hacen unos helados que poco o nada tienen que envidiar a los italianos. Entre las cadenas más importante encontramos Bico de Xeado, Porta Real y, aquí en Santiago, Sotto 0 con un helado de chocolate negro que quita el sentido. Así que no solo de tarta de almendra viven los gallegos, aunque sea también deliciosa.

La tarde es la hora ideal para ir un rato a la playa, es cuando más calor hace y cuando los locales acuden en masa aprovechando los baños hasta casi el atardecer. Mi familia decide ir un rato a la cercana praia da Aguieira mientras yo me quedo recogiendo ropa, escribiendo y rato y descansando con la compañía de mi buen amigo Scott.

Jueves 30 julio 2020

Habíamos oído que en Riveira había una lonja de pescado lo que nos pareció una fantástica idea para ir a ver, pero al llegar nos comentaron que la lonja y la subasta es privada y lo que es público es el mercado. Sí, con producto fresco pero no vale la pena venir hasta aquí para ver solo el mercado.

No muy lejos, al lado de Pobra do Caramiñal están las pozas do río Pedras, unas piscinas naturales que se llenan de gente en verano para darse un baño y hacer sus picnics. En la parte baja del río es donde más gente hay, a medida que se asciende las pozas son más tranquilas. Todo depende del tiempo y las ganas que tengamos de andar. 

El parque dunar de Corrubedo, localizado en el vértice occidental de la península de Barbanza, es un espacio natural protegido que reúne dunas kilométricas, playas paradisíacas y marismas. Su principal atractivo es la Duna Móvil de un kilómetro de longitud, 250 metros de ancho y 20 metros de alto. Una pasarela conduce hacia ella, pero no se permite salir ni pisar el ecosistema para no degradarlo, aunque siempre hay quien se lo pasa por el forro y se arriesga a una multa bastante elevada. 

Una niebla super espesa se ha levantado de golpe y no nos deja apreciar las vista del parque en todo su esplendor. La visita al faro próximo es también algo desapacible por el fuerte viento que se ha levantado y las bajas temperaturas para las que hoy no estábamos preparados.

Siguiendo la carretera de la costa, de vuelta al camping, el castro de Baroña se asienta en una pequeña península al borde del mar separado de tierra firme por un istmo de arena y roca. Es el castro más importante y mejor conservado de Galicia. Fue habitado por pescadores en la Edad de Hierro, concretamente desde el siglo I a.C hasta la segunda mitad del siglo I d.C. Las vistas desde lo alto de cerro, con el castro rodeado de aguas color turquesa son alucinantes y hay delfines custodiando las ruinas que se hacen ver saltando  y jugando con el fuerte oleaje que azota este lugar. 

Aprovechando que la niebla se ha asentado en la zona sur de la península, hacemos una parada para tomar un rato el sol y descansar en una playa cercana a Porto do Son. Lo del baño hoy no apetece demasiado, sigue haciendo viento y las temperaturas no son tan altas como estos días atrás.

Después del descanso y con energías renovadas, nos dirigimos a Noia. Escondida en el fondo de la enorme ría que lleva su nombre, conserva un bonito y tranquilo casco antiguo con una espléndida catedral. Acompañamos el paseo con un helado artesano de la concurrida heladería Helado Secreto y aprovechamos para comprar una deliciosa empanada de bonito para cenar en la panadería Do Couto, un lugar de esos que quedan pocos con enormes bizcochos caseros, empanadas variadas y panes horneados allí mismo.