Nuestro país ha sido y, es azotado, por una vergonzosa y global crisis financiera originada por una política monetaria totalmente nefasta, de la cual, los españoles no somos culpables; por el estallido de la burbuja inmobiliaria, de la que sí, somos culpables ; por el asedio de los mercados y por la competencia de otros países.
Ahora, aparecen todas las preocupaciones. Dicen, que en el documento presentado este mismo mes al Rey por la Fundación Everis, y titulado Transforma España, prestigiosos empresarios, aluden al concepto de competitividad 78 veces, y al de productividad 16. Desde que comenzó la crisis ya han tenido tiempo de analizar conceptos ¿no les parece?. La prensa se pregunta si una reunión de tres horas puede solventar feacientemente la situación; la ciudadanía duda y yo ... cada día más escéptica, creo y lo digo sin sonrojarme, que se nos llena la boca de patriotismo, pero yo no lo veo por ninguna parte, al menos de forma coherente; tan sólo se vislumbra de forma alarmante, cada vez más, la lucha de poder en la que se ve inmersa la sociedad. Es tan fuerte ese deseo que no hay frenos con tal de llegar. Dan igual las formas, dan igual las estrategias, da igual lo que dejemos en el camino ...
Tenemos problemas apremiantes y muy importantes cara a nuestro futuro. No es el momento de recriminaciones, insultos o situaciones donde lo único que importe sea la descalificación. Es el momento de aunar esfuerzos; de la crítica y autocrítica constructiva; del sentido común; de las políticas de firmeza.