Revista Cultura y Ocio

A dos años de la publicación de Cuarentena Literaria, relatos y poemas escapados del encierro.

Publicado el 22 febrero 2022 por Nerysantosgomez

“La más noble función de un escritor es dar testimonio, como un acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que nos ha tocado vivir”. Camilo José Cela

«Cuarentena Literaria, poesías y relatos que escaparon del encierro” de la editorial Sial Pigmalión coordinado por Nery Santos Gómez

 A dos años de la pandemia que cambió el mundo y que aún nos azota derivando en cepas que resisten las vacunas y las voluntades, el mundo se acostumbra a convivir con «el enemigo» lo mejor que puede y arreglarse para que las máscaras se vuelvan parte del atuendo, los exámenes de diagnóstico del virus sean rutinas y el mundo virtual se equipare al mundo real. 

En marzo del 2020 la editorial española Sial Pigmalión publicó un libro sobre el virus (el primero de muchos que siguieron). En él, cuarenta escritores contaban los sentimientos y hechos que marcaron el inicio de la aterradora pandemia . A través de poesía, crónica periodística, canción, memorias, cuentos, ensayos y otros géneros literarios este libro recoge para la historia la visión de 40 escritores provenientes de la amplia geografía panhispánica de cuatro continentes.

“Literaria busca cuarentones para pasar la cuarentena” escribe jocosamente Lidia Corcione en el chat de whatsapp de los cuarenta autores. “Mis cuarenta ladrones de corazones” escribe Bella Clara Ventura posteando después un poema nuevo. Mientras los científicos y las farmacéuticas pasaban los días con sus noches de corrido buscando la vacuna para acabar con el virus, los poetas y escritores usaban la ciencia ficción, los versos y hasta el humor para entretener el alma, aquietar el espíritu y exorcizar los males. Ya se ha dicho que la literatura salva y en ese momento necesitábamos más de ella que nunca.

Ayer llegó a mi móvil la historia metafórica del puente sobre el río Choluteca construido por la más moderna ingeniería japonesa en Honduras, Centroamérica. Una maravilla moderna de diseño para tolerar las poderosas fuerzas de la naturaleza en un territorio propenso a huracanes y tormentas. El puente se inauguró en 1998 y ese mismo año llegó el huracán Mitch con toda su devastación. Cuando la región se desmoronaba, el puente resistió. Pero no contaban con que el río Choluteca se hincharía y cambiaría de rumbo. El puente intacto pero inservible quedó en tierras secas. Esta historia viene con un mensaje para estos tiempos en que la palabra “reinventarse” está cobrando auge. Vislumbrar las nuevas corrientes y los cambios de rumbo del mundo es imperativo. Debemos tender nuestros puentes levadizos y transportables a donde quiera que encontremos un río que se interponga en nuestro camino. Esto es lo que ha hecho nuestra editorial Sial Pigmalión: Adaptarse y tendernos puentes a nosotros sus autores y por supuesto a los más importantes, los lectores. Nuestras obras ahora se están reproduciendo en libros electrónicos, y en formatos auditivos. Conferencias y presentaciones virtuales se adaptan a esta nueva sociedad.  Además la editorial española se ha dado a la tarea de elaborar proyectos tan hermosos como “Cuarentena Literaria, relatos escapados del encierro”, “Poesía de interior, Cuarentena poética”, Madrid- territorio Literario, Cali- territorio Literario,  un Festival internacional de poesía,  entre muchos otros libros y planes, que nos salvan y nos unen.

En el tercer mes del 2020, cuando el temido virus había escapado ya de su cuna asiática y se extendía por el mundo, el presidente de la editorial Sial Pigmalión me dio una llamada invitándome a coordinar este sublime proyecto. Cuarenta autores de diez nacionalidades distintas y abarcando tres continentes fueron convocados con plena libertad de expresión para que plasmarán según su mirada artística un retazo de lo que estaban viviendo. Recibimos cuarenta obras, desde poemas, memorias, cartas, artículos periodísticos, cuentos, una canción y hasta un Haikou (Roberto Gil de Mares) que ahora conforman este libro. Participaron novelistas consagrados, cuentistas enamoradizos, poetas inspirados, pintores que colorean sus versos (José Luis Marín Aranda), un famoso director de cine (Víctor Gaviria), un cantante  (Álex Flórez) que hizo poesía o una poesía que él hizo canción y hasta un monje del monasterio de silos hogar de los cantos gregorianos (Bernardo García Recadero). Fotógrafas que retratan tan bien como escriben (Lidia Corcione), Un afamado actor de teatro y académico (Daniel Migueláñez) entre otros artistas de diferentes expresiones y con mucho talento. Cuarenta miradas de un acontecimiento aterrador que sucede en el mundo entero y que lo ha paralizado. Pero que no ha podido con la creación, el arte, la poesía, la introspección y el crecimiento espiritual.

Como nos recita Berta Lucía Estrada en su colaboración para Cuarenta Literaria: “Cada vez que el hombre se irguió, cada vez que » al horizonte creyéndose amo y señor del mundo, cada vez que creyó salir del desierto, un microbio lo arrodilló. Arrodilló al mundo no una vez sino varias veces.”

«Cuarenta autores en cuarentena» fueron convidados a formar parte de un libro que hoy en día ha derivado en todo un movimiento literario. “Cuarenta artistas como cuarenta soles (o lunas) que nos iluminan en esta larga noche de temores, aflicción, privaciones y sufrimientos compartidos” Así lo describió Rodríguez Cañada que se ocupó del precioso prólogo del libro.

Después de publicado el libro, abrimos nuestra página en Facebook. Nos comunicamos a diario en los medios, nos escuchamos, compartimos convocatorias, promovemos el libro en ferias virtuales, nos retamos a componer nuevos poemas y hasta participamos en un juego literario creado por la escritora Ruby Becerra. En un cofrecito Ruby depositó los cuarenta nombres de los escritores del libro y cada día con la ayuda de su hermosa hijita Amaranta, una tierna y dulce bebé de diez meses, que soplaba y con palmaditas de alegría contagiosa, extraía en suerte el nombre escritor del día. Luego con ayuda del resto de la familia de Ruby, sacaban una parte del relato con el que ese autor elegido colaboró para el libro. El fragmento se publicaba en su página de Facebook y en la de Cuarentena Literaria. El juego acaba de terminar pero su testimonio queda en Facebook.

Muchos de nuestros autores convocan y recuerdan dentro de sus creativos y sentidos escritos a artistas que han dejado huellas. Citan a grandes de todos los tiempos. Tal es el caso de Cecilia Castro Lee.  Ella evoca en su escrito  a poetas como César Vallejo, Rosalía de Castro, Federico García Lorca, Francisco de Quevedo, Juan Ramón Jiménez, José Asunción Silva y Gabriel García Márquez. Igual nos pasa con el autor Carlos Vásquez-Zawadzki, presidente del Pen Club Colombia que nos regala un bellísimo poema  en el que cita a Van Gogh, a Zaratustra, a Shakespeare, a Cervantes, a Chopin y a Ulises. El cuento “Lubina a la Cuarentena” de Jesús Herrero del Cura también nos trae un paralelismo muy interesante con el autor latinoamericano Juan Rulfo en su obra Luvina.

Ridha Mami, el presidente de los Hispanistas árabes, nos trae un poema que retrata los momentos vividos de forma conmovedora. “Solo los suspiros y el dolor intenso se convierten en aplausos nocturnos desde las ventanas abiertas, para romper el estruendo y cruel silencio que nos envuelve y nos une: ¡contemplad cuán frágiles somos los humanos!

La Doctora en literatura, Eliana Maldonado Cano también retrata este tiempo. “ Afuera solo caminan los que no quieren morir de hambre, llevan canastas de dulces colgadas del cuello y las ofrecen a los transeúntes imaginarios mientras sonríen. Adentro estamos confinados los que comemos con los ojos y con la boca aquello que compramos hace meses”… Los cuarenta escritores han dejado legados profundos e insignes, pero para eso los invito a leer el libro y disfrutarlos enteros. Palabra por palabra, para descubrirnos, para ver en frases lo que sentimos, para leer explicado el tormento que nos espanta. Para encerrarnos con el relato de el aclamado novelista José Luis López amigo, a hacer el amor mientras todos mueren, o contagiarnos con un beso infiel como en el relato de Fabio Martínez desde Calí. O Experimentar un «Extraño destierro» como lo plantea la extraordinaria novelista española Ma. De los Ángeles Cantalapiedra y hasta conversar con la «Guardiana del Hades» con la profesora de arte y escritora María del Pilar Cavero Montori. Hasta experimentar el amor con “Ella” de la premiada novelista Ruby Becerra desde Bogotá, Colombia. Viajar con la palabra con el increíble poema “Pandémica” de la poeta venezolana Amarú Vanegas, Despertar la punta de la lengua de la comunicadora y poeta reconocida Ángela Penagos que “hospeda cuentos, poemas y cantos”, “De las cosas vivas”.

Nos promete la fotógrafa, poeta y viajera del mundo Gloria Nistal:  “Al menos nos queda la vida interior contra esta guerra que nos viene dada” Y la catedrática Carmiña Navia Velasco desde Colombia nos muestra “Una luz en la distancia”, “algún canto lejano mantiene el horizonte promesa de otros días, promesas de un abrazo”. La periodista Luz Stella Millán Grajales nos ofrece su corazón como la canción de Fito Páez, “Como un documento inalterable”. Rossana Méndez Arenas, novelista colombiana radicada en Argentina nos muestra como hemos resignificado los espacios de la casa en un “Mejor Plan” y estamos más conscientes del valor de un balcón, de un comedor que se transforma en oficina familiar o una cocina que se ha convertido en un escape placentero. Socorro Mármol Brís, poeta y reconocida novelista española nos trae “Tres apotegmas tristes de un mismo encierro”, cuyos títulos nos hablan: “Testamento vital de una poeta”, “Apocalipsis” y “Luz en el túnel”.  José Luis Marín Aranda, poeta y pintor premiado nos deleita con un interesante cuento de un caballo humanizado que ansía la libertad. Y Pauline Le Roy, pintora y poeta, desde Chile nos pide “Cuarenta días para refugiarte en lo que queda”. Guillermo Hinestrosa nos trae una crónica periodística con “Tribulaciones bancarias”. Álvaro Hernández, escritor colombiano se confiesa infectado con un virus desde hace años, «infectado» por el contacto prolongado con los libros. Por su parte, Laura Hernández Muñoz, novelista reconocida, desde México denuncia la injusticia, el hambre, la violencia: «contar historias para despertar conciencias». El padre, monje Gregoriano Bernardo García Recadero, desde el monasterio de Silos nos trae una interesante historia de una avispa y el romance del coronavirus, “Nuestro enemigo común se presentó muy ufano, al Creador y le dijo: “Las iglesias te he cerrado”. Nuestro padre celestial replica sonriendo al diablo: “Yo en cada hogar una iglesia les he abierto a los humanos”. Álex Flórez, cantautor,  además de su canción «La Reina de Oriente» (bandera sonora, compuesta especialmente para la antología) nos trae el poema “Los decentes somos más”. Marisol Esteban, extraordinaria novelista desde España con su relato “Encuentros” nos trae esperanza: “Había olvidado que nunca estará sola y aunque la incertidumbre sobre el futuro sea mayor que nunca, en el confinamiento ha encontrado su luz”. Devora Dante gestora cultural y poeta,  con su “carta en Cuarentena” nos incita a resistir. “Resiste, resiste y espera que todo va a pasar, que seremos mejores seres y pueda ir a abrazarte”. Lidia Corcione desde su ventana en Cartagena de Indias nos trae la conmovedora historia “Y va cayendo el silencio”  y en “Guardemos distancia” donde destaca la bella frase: “Necesitamos el medicamento que haga florecer el amor en pausa.”

La poeta Luz Ángela Caldas, nos hace vibrar con “Esencia Vital”, “Yo me paralizo, empiezo a sentir la contradicción entre  filósofo y artista, la contundente diferencia del pensamiento y el proceso sensible expuesto desde las vísceras”. Justo Bolekia Boleká desde Guinea Ecuatorial con “Los íncubos atrapados”, “Vuelve otra vez esta situación —dijo la centenaria mujer—. Los espíritus no tienen cara, y no pueden ser reconocidos. Creo que nosotros tampoco debemos tener cara. No salir de nuestras casas sería la muerte, porque tenemos que ir al bosque a buscar comida. Que cada uno se ponga una careta para que los espíritus no vean ni sus ojos ni su boca” y Rodrigo Arguello detona una idea: “La muerte no va delante de nosotros, ni detrás de nosotros. La llevamos al lado. Por eso es interesante aprovechar su posición para establecer con ella un buen diálogo” . Por su parte Adriana Solano, excelente novelista y coach, con “El Edén”,  trata de contestar una pregunta, “¿crees que con lo que nos ha acontecido la gente cambie para mejorar?”. Bella Clara Ventura, escritora méxico/canadiense/israelí nacida en Colombia con su energía habitual, a través de su poema “Pieza de ajedrez” le da un “jaque mate a todas las pandemias” y la escritora María Vilalta desde Argentina “Galopa desolada el alma y soy todos los nombres crucificándose en el altar de los espejos”. Luisa Ballesteros Rosas, académica y novelista en “Banalidades de una Cuarentena” desde París nos cuenta: “… justo antes de que fuéramos conscientes de que este bicho curioso y que veíamos lejano, como algo propio de los chinos, pudiera atreverse a romper fronteras hasta llegar a profanar ciudades como París, Madrid, y Roma y obligarnos a tomarlo en serio”.  y por último la reconocida escritora Boliviana radicada en Alemania Pilar Pedraza Pérez del Castillo,  con “Pandemia en tiempos proselitistas”,  “¡El virus es un invento del gobierno para ganar las elecciones! ¡No acataremos la cuarentena!

No puedo, sin embargo, dejar algunas de las palabras de Basilio Rodríguez Cañada como prologuista, “Cuarentena literaria es una declaración de intenciones, un alegato contra la enfermedad y un valioso estímulo anímico para los lectores, un arsenal de la mejor literatura en español para combatir las modernas plagas y una manera provechosa de avituallar el enclaustramiento y de sobrevivir a sus efectos, una excelente iniciativa para promocionar la lectura y aplicar las cualidades terapéuticas y curativas del arte, en general y de la literatura en concreto”.

El libro, que ya se encuentra en venta en la librería Nacional por todo el territorio colombiano así como en las páginas de la editorial Sial Pigmalión en Europa, sigue después de dos años despertando interés. Las autoras Devora Dante y Ángela Penagos de Medellín llevaron a través de esos meses, uno por uno a los cuarenta autores a su programa “Alma de artista” por canal zona 6 TV de Medellín y sus  páginas han sido reseñadas en diversos diarios nacionales e internacionales. El periodista Gustavo Tatis lo reseñó en el periódico El Universal de Cartagena, también Dulce María Ramos en el Universal de Venezuela, Recibió otra nota periodística en Cucuta dedicada a la autora Rosana Méndez Arenas. Ha estado en programas televisivos en Argentina con Nanci María Vilalta.Y en España con Alex Flórez en “Entre Mujeres”. Además de ser destacado en INDAI (Red Internacional de Instituciones de Danza y Arte) de Graciela Echague. Recientemente en el mes de febrero de 2022 en Cartagena de Indias se realizó un conversatorio sobre el libro y la pandemia organizado por la editorial Sial Pigmalión. La Universidad Antonio Nariño de Colombia también lo destacó en su semana del lenguaje. 

El profesor universitario y escritor Fabio Martínez también autor de esta antología publicó un maravilloso artículo el 20 de mayo en su columna en “El tiempo” “Cuarenta escritores en cuarentena”. Así mismo fuimos invitados a la feria latinoamericana del libro de Cartagena de Indias, dirigida por Walter Caicedo y estamos invitados a las siguientes ferias de Medellín y otras que pronto se abrirán. Apenas estamos comenzando. Lo que nos ha pasado como humanidad nos hace reflexionar, cambiar, adaptarnos y madurar. Este libro es una excusa perenne para esas meditaciones y conversaciones que nos iluminan. 

Dice el autor Jesús Herrero del Cura en el interesante colofón del libro, que el cuarenta, un número tan presente ahora en nuestras vidas como el período de aislamiento preventivo, es un número mágico. Aparece en la biblia en más de cien ocasiones. Y no solo en la religión judía o cristiana sino también en la musulmana y otras. Herrero del Cura cierra el libro con las siguientes palabras: “El sentido religioso del número cuarenta es de renovación, de crecimiento, de cambio a mejor. Esperemos que después de esta cuarentena cobre sentido dicho significado y maduremos en una mejor sociedad».  Y como el águila en mi relato para el libro, con la ayuda de la literatura, levantemos el vuelo muy alto, tan alto que podamos elevarnos por encima de la tormenta.


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