Empezamos por los knishes, que por ser la primera vez de visita por La Crespo no podían ser otros que los tradicionales de papa, únicos e irrepetibles en el cumpleaños de D. durante los años universitarios...
Ahora encontré el sustituto perfecto: los knishes de papa de La Crespo, con un corazoncito de queso que es lo más! La próxima, me toca ir por otro gusto, o por otra entrada ;)
Seguimos con los strudel salados con una generosa ensalada, o la estrella del lugar: sandwich de pastrami.
No tengo con que compararlo, ya que nunca degusté un pastrami newyorquino (shame on me! después de tantas caminatas en Manhattan), pero seguramente este no tiene nada que envidiarle ni al del mismísimo Katz's: 170 gramos de la carne más sabrosa y tierna, calentita, con un aderezo imperdible, y en un pan que comería de desayuno todos los días! Si tuviera a una bobe cerca, claro.
Las cosas dulces no se quedan atrás, todo super fresco y rico.
El delivery no llega ni a la esquina de la esquina de la esquina de mi casa, pero colectivo de por medio, o caminata diurna, pueden llevarme sin querer de vuelta a La Crespo en cualquier momento.
Comer afuera y casero todavía es posible. Y a un precio que no hace doler el bolsillo!